Un pueblo de Cuenca recupera el lugar de los ritos de fertilidad 200 años después

Cuenca

La localidad conquense de Campillo de Altobuey recupera, 200 años después, la titularidad pública de la Huerta de los Frailes y con ella el Rincón de los Tunos, “el lugar tradicional al que acudían los novios el día de la boda en busca de fertilidad”, como nos ha contado su alcalde Paco López en una entrevista en Hoy por Hoy Cuenca.

“El Ayuntamiento de Campillo de Altobuey ha vuelto a dar un paso importante en la protección de su rico patrimonio histórico y artístico”, dicen desde su Ayuntamiento, con la adquisición de la Huerta de los Frailes, el espacio hortícola que tenían los monjes agustinos en el convento de Nuestra Señora de la Loma en Campillo de Altobuey. Un huerto particular con el que se abastecía esta comunidad religiosa que llegó a contar con cuarenta frailes. En 1835, con la desamortización de Mendizabal, los terrenos pasaron a manos privadas. Ahora, el ayuntamiento campillano ha adquirido la antigua huerta de los agustinos como un espacio de titularidad municipal.

Ampliar

Un rito de fertilidad

Toda la tierra de la Huerta de los Frailes rodea y envuelve el edificio conventual y el santuario de la Virgen de la Loma, tierra que se halla protegida por una tapia realizada con sencillos mampuestos.

Dentro de ese recorrido que bordea el convento se encuentra el Rincón de los Tunos, lugar al que acudían los novios y los invitados en la tarde de la boda. Juntos compartían un paseo lúdico y jugaban a los pilares, un rito de fertilidad para pedir que los nuevos esposos fueran pronto padres.

Patrimonio de Campillo

El alcalde, Paco López, ha puesto en valor que, “de esta forma, vuelve a ser de todos los campillanos y campillanas unos terrenos que son muy importantes porque explican parte de la historia del pueblo”. Desde el Ayuntamiento ya se compró hace muchos años la plaza de toros aledaña al convento “y ahora hemos querido completar ese trabajo con la adquisición de este espacio porque consideramos que es una cuestión de justicia que estas parcelas vuelvan a tener una propiedad pública”.

Ampliar

El brocal del pozo

“Hay que destacar que con la compra de la tierra se ha adquirido también el brocal del pozo que estaba en el centro del claustro, hoy el centro del albero de la plaza de toros”, explican desde el Ayuntamiento. “Es una labor de los picapedreros campillanos, del siglo XVIII, sencillo, hexagonal y elegante, canteros que gozaron de mucha estima y consideración en la labra de la piedra, cuyas obras aún podemos ver en unos cuantos dinteles de las puertas de las casas, pilas de lavar la ropa, rulos para darles a las eras y trillar los garbanzos o comederos para los animales”.

Influencia en la comarca

Campillo de Altobuey recupera así la Huerta de los Frailes, “un trozo de terreno muy valioso para el conocimiento de la historia del municipio y de la del convento de agustinos recoletos que tanta influencia tuvo en el desarrollo del pueblo y de sus gentes, así como de la comarca de la Manchuela, que también atendían con absoluta dedicación recorriendo sus pueblos para darles atención social y espiritual y recabando limosnas con las que mantener en funcionamiento el hospicio u hospital donde cuidar a los enfermos, peregrinos y caminantes que llamaban a sus puertas”, según informan desde su Ayuntamiento.