Las pinturas de la Capilla de los Orduña de Almagro, en la Lista Roja de Patrimonio

Ciudad Real

Las pinturas murales de la Capilla de los Orduña del convento de la Encarnación de Almagro están en alto riesgo de desaparición. Estas obras renacentistas han sido incluidas en la 'lista roja' de la Asociación Hispania Nostra. Es el primer elemento patrimonial de Almagro que aparece en el catálogo de esta asociación que trabaja en la defensa, promoción y puesta en valor del patrimonio cultural y natural.

La petición para que fueran incluidas en esta lista partió del periodista e investigador almagreño Francisco José Martínez ante la lamentable situación que sufren las pinturas por un problema de humedades que amenaza con deteriorarlas de forma irremediable, ya que el convento está cerrado desde que, en 2020, se marcharan de allí las tres monjas dominicas de clausura que quedaban en él.

Si no se actúa podría perderse para siempre todo el conjunto de la capilla.

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Isidro Hidalgo, arqueólogo y presidente de la Asociación Almágora, interpreta la inclusión en la lista roja como un toque de atención por el alto riesgo que existe de que se produzcan desprendimientos que sean irreversibles.

Precisamente, Almágora se comprometió, estando todavía las monjas en el convento, a restaurarlas, llegando incluso a recaudar dinero para ello, pero la orden dominica decidió cerrarlo y desde entonces no ha tenido mantenimiento alguno.

De ahí que se llame la atención para evitar la pérdida de estas pinturas-murales, obra de los pintores italianos Perolli. Autores también de las pinturas del Palacio de Viso del Marqués o del retablo de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Miguelturra.

Ahora esperan que esta forma de llamar la atención contribuya a impulsar su recuperación.

El convento de la Encarnación de Almagro fue construido en la segunda mitad del siglo XVI gracias al mecenazgo de la familia noble de los Lucena y, posteriormente, del conde de Valdeparaíso. Por su parte, la capilla de Santa Ana fue realizada en honor a los Orduña en ese mismo siglo.

Desde su fundación, ha estado habitado por las monjas de clausura de la Orden Dominica gracias a la licencia expedida por Felipe II el 2 de noviembre de 1571. Además, fue el último convento de todos los que existieron en Almagro que tuvo actividad monástica, hasta el 11 de octubre de 2020, fecha en la que las últimas monjas de clausura, lo abandonaron.