Esas pequeñas rebeldías

Toledo

Me gustan las pequeñas rebeldías, lo reconozco. Esas “locuras” individuales fruto de la convicción de que no siempre el orden establecido es el orden correcto. Esas rebeldías que te hacen soñar y creer que no todos tenemos que seguir el mismo carril, que nos podemos despegar un poco de la línea trazada para mirar el horizonte. Esas pequeñas rebeldías, que no caprichos, fruto de nuestras convicciones, de nuestros sueños, de los sueños de nuestros padres o de nuestros abuelos. Muchas de esas pequeñas rebeldías desembocan en proyectos que nunca se materializan, en cambios que claramente sabemos que no podemos hacer solos, pero no por ello son inútiles. Al menos para mí no son inútiles.

El simple hecho de plantearte una opción diferente, un modo que aún no se aplica, una mirada divergente, ya es una auténtica revolución en los tiempos en los que vivimos. Y todo este rollo filosófico me ha venido a la cabeza por la esperanza que me genera a nivel nacional y local la expectativa de nuevos proyectos políticos. Lo sé, soy una ingenua, una romántica, incluso una ilusa por pensar que las nuevas alternativas no serán, en poco tiempo, un fracaso total o se meterán en la rueda para ser uno más en el engranaje ya existente. Me estoy refiriendo a dos proyectos muy diferentes pero que para mí tienen cosas comunes. En el ámbito nacional, SUMAR, que lidera Yolanda Díaz. En el ámbito local , PRIMERO TOLEDO, que lidera Julio Comendador. Es obvio, creo, que no tienen nada que ver ni por estructura, ni por la ideología ni seguramente por sus posibilidades de salir adelante, pero para mí tienen ese elemento común de la pequeña rebeldía y de mirar al horizonte.

Miren, Yolanda Díaz, ya es vicepresidenta del Gobierno, con mucha probabilidad si viera que su posición con Podemos se tambalea mucho podría arrimarse al PSOE, que estoy segura no le haría ascos y le buscaría un buen acomodo, ya de por vida. Pero ha preferido echarse a las calles, a ver que pasa, con un proyecto propio, fruto de una convicción: la de que juntos se pueden mejorar las cosas. Insisto llámenme ingenua, pero a mi me parece cuanto menos ilusionante.

Julio Comendador, abandona el barco de Ciudadanos, eso se le puede reprochar, sin duda, pero viendo como está el barco tampoco es de extrañar; y emprende lo que para mí es una pequeña rebeldía, que es intentar llegar al ayuntamiento con una suma de electores que pongan por delante de todo a Toledo. Creo que también él podría haberse buscado una opción más cómoda pero también se ha echado a las calles.

A mi me ilusionan esas pequeñas rebeldías y, sinceramente, así de primeras, me suena bien letra, veremos a ver, en los próximos meses, que tal me suena la música. Es una opinión de una Toledana de Toda la Vida