Sociedad

Arranca el juicio por el asesinato de la vendedora de la ONCE en Albacete

Este lunes se ha constituido el jurado popular y se pide para el acosado prisión permanente revisable por unos hechos que ocurrieron en agosto de 2021

Imagen del juicio que ha comenzado este lunes en Albacete

Este lunes ha comenzado el juicio con jurado popular contra el hombre acusado de asesinar a la vendedora de la ONCE en Albacete, María Isabel de la Rosa, en agosto de 2021.

La Fiscalía pide para él prisión permanente revisable. Está acusado del asesinato y hurto a María Isabel de 44 años con una minusvalía del 70% por parálisis cerebral.

Esta mañana se ha constituido el jurado con 5 hombres y 4 mujeres, 4 de ellos de Albacete capital y el resto de Yeste, Villarrobledo, Almansa, Chinchilla y El Bonillo. El procesado, que tenía amistad con ella y le debía dinero, la invitó a su casa para saldar su deuda. Allí, se quiso comprar más cupones sin pagarle, por lo que mantuvieron una discusión. La tiró al suelo y esta le amenazó con denunciarle, por lo que la asfixió. Envolvió el cuerpo en plástico y días mas tarde, la emparedó, tras comprar azulejos, cemento y arena para construir un muro.

Antes de esconder el cuerpo, se quedó con los 50 euros que había pagado con anterioridad a la víctima, así como con los cupones y el dinero en efectivo que esta llevaba encima, casi 2.000 euros.

El escrito de la defensa ha revelado que el procesado no tenia nada premeditado y que el acusado es responsable de un delito de homicidio imprudente, y se le debe imponer una pena de 4 años de prisión o en su defecto que se le acuse de un delito de homicidio con dolo eventual con una pena de 10 de cárcel Este martes está previsto el interrogatorio del acusado.

Como acusación particular se han presentado por un lado los padres de la fallecida y el hermano que reside con ellos y, por otro, la hermana, que vive en otro domicilio.

El procesado está acusado también de un delito de hurto, por el que el fiscal le pide un año de prisión y se solicita que indemnice a los padres de la fallecida con 75.000 euros a cada uno y 20.000 euros más para cada uno de sus dos hermanos.

Las acusaciones particulares elevan la indemnización a 150.000 euros para cada uno de sus progenitores y 50.000 euros para cada hermano.

La defensa ha mantenido, en su escrito preliminar, que el acusado actuó así "por miedo" y ha pedido que sea condenado por homicidio, a cuatro años de cárcel o, en caso contrario, por homicidio con dolo eventual, a diez años de prisión.

Ha considerado que se debe tener en cuenta la "atenuante de arrepentimiento y confesión", porque "colaboró desde el minuto uno y confesó" tanto ante la Policía Nacional como ante la autoridad judicial.

La defensa también ha señalado que, cuando discutieron en el domicilio de él, "ella se golpeó con el sofá o la bombona de butano, le dijo que lo iba a denunciar y él se asustó porque ya había estado en prisión hace veinte años por un asunto de drogas y le atemorizaba".

A su vez, ha insistido en que "actuó por miedo pero no tenía nada premeditado, actuó así por temor, miedo y arrebato al carecer de los medios necesarios para resolver la situación".

De su lado, el fiscal ha detallado en su escrito que el acusado mantenía una relación de amistad con la víctima desde hacía años, por lo que ella a veces le fiaba los cupones de la ONCE.

Ha explicado que A.G.S. debía a la víctima 50 euros, por lo que el 19 de agosto de 2021 la llamó al móvil y le dijo que pasara por su casa para abonarle lo que le adeudaba. Ella, que conocía su dirección y estaba cerca, se dirigió al domicilio, donde llegó a los pocos minutos.

Una vez en la casa de A.G.S., estuvieron hablando y tomando una cerveza, abonándole los 50 euros que le debía, pero entonces él pidió a la vendedora abrir algunos de los cupones que llevaba para su venta, a lo que ella accedió.

Cuando A.G.S. había consumido una cantidad importante de cupones, por importe de más de 200 euros, la víctima le dijo que tenía que pagárselos, a lo que A.G.S. respondió que no tenía dinero, lo que dio origen a una discusión entre ambos.

En un momento dado, A.G.S. le propinó un empujón que hizo que esta, por los problemas de movilidad que padecía, cayera al suelo.

La víctima le dijo que lo iba a denunciar y el investigado, con ánimo de causarle la muerte, aprovechando que ella estaba en el suelo, sin poder levantarse y sin posibilidad alguna de defensa, se puso encima de ella a horcajadas y, mientras le sujetaba los brazos con las rodillas, la cogió por el cuello, apretándole durante varios minutos, hasta que consiguió asfixiarla, siempre según el escrito de acusación.

Una vez el acusado comprobó que estaba muerta, envolvió el cadáver en unos plásticos y lo llevó a una de las habitaciones de la casa.

El día 20 de agosto encargó en un almacén de azulejos ladrillos, cemento y arena y, el día 23 de agosto, como necesitaba más material, llamó a un conocido, A.A.M., para que le acompañara en el coche a comprar unos sacos de cemento y de arena.

Una vez dispuso del material, A.G.S., en una habitación pequeña, situada tras un patio interior y destinada a almacenar material, procedió a construir con el material que había comparado un habitáculo de pequeñas dimensiones en el que ocultó el cadáver, cubriéndolo con ladrillos y cemento, tratando de evitar que el cadáver fuera descubierto y los olores pudieran delatarlo.

A.G.S. introdujo en el mismo montículo algunos de los rascas que había consumido ese día, así como el móvil, el TPV que usaba la víctima y el chaleco de la ONCE.

El acusado, antes de esconder el cadáver, le cogió los 50 euros que él había entregado con anterioridad y el resto de dinero que la misma llevaba en efectivo, procedente de la venta de cupones y rascas que había efectuado esa mañana.

El acusado, con idéntico ánimo de lucro, se quedó también con el resto de los cupones que llevaba M.I.R.C., y que no habían sido usados, guardándolos en distintas estancias de la casa.

La víctima tenía diagnosticada una hemiplejia derecha por parálisis cerebral mixta de etiología sufrimiento fetal y una inteligencia límite por parálisis cerebral en forma hemipléjica de etiología no filiada, patologías por las que tenía reconocida una minusvalía del 70 %.

La desaparición de la vendedora de la ONCE, María Isabel de la Rosa, causó una gran conmoción en Albacete y se organizó un dispositivo de búsqueda. El 24 de agosto, el cadáver fue localizado por la Policía en casa del acusado

Juanma Sevilla

Juanma Sevilla

Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Redactor en Radio Albacete Cadena...

 
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