Agenda corpus

Toledo

Estoy inmersa en un bucle de eventos y aunque, así de primeras, tener una agenda social activa pueda parecer envidiable, cansa mucho. Pero es semana grande de Corpus y hay que comportarse como una toledana de bien y acudir a esos eventos que reúnen a los Toledanos de Toda la Vida, a los que se hacen pasar por toledanos de toda la vida y a los que quieren convertirse en toledanos de toda la vida. Son eventos para ir con los ojos bien abiertos porque no dejan de ser curiosas las mezclas, las presencias y las ausencias. Estuve en uno de este lunes, les voy a intentar hacer un resumen al estilo lady Whistledown.

Populares del ayuntamiento pletóricos, sonrisa puesta, pecho fuera y en el aire reparto de concejalías, a falta de negociaciones con los otros de derechas, que también andaban por allí pululando, también muchos, pero mucho menos simpáticos En el equipo en funciones y de salida del consistorio, o sea los socialistas, un poco de todo. Concejales divertidos, como siempre, otros abatidos y otros que ya no van a ser nada, más solos que la una, porque la política es así, pasas de estar rodeado como el niño Jesús- no me lo tomen como una blasfemia- a estar crucificado.

La gente de Ciudadanos del ayuntamiento lo ha perdido todo pero allí estaban unidos, se quieren, eso se nota y no te lo quita nadie. Ole por ellos. Otros de Ciudadanos, no del ayuntamiento, no se arrimaban mucho a nadie porque nunca se sabe de que lado va a caer la moneda ¿no? Y más en las circunstancias políticas que vivimos. A la actual alcaldesa no la vi, quizá estuvo, no lo sé, pero si fue no se hizo presente entre los asistentes, igual que el presidente de Castilla-La Mancha que sí fue, pero la mayoría, ya se digo yo, ni le vimos. Debió ser una fugaz visita para recoger halagos.

Evidentemente había consejeros, directores generales, portavoces de cosas varias y diputados diversos de todos los colores. Nada destacable, no gastaré en ellos ni una línea. Al margen de la política, en el mundo académico les vi entre incómodos y dispersos. Igual no se sentían suficientemente escuchados. Al fin y al cabo son profesores y están acostumbrados a que se les mire y escuche solo a ellos. No era el caso. Mundo empresarial, en su línea, mundo sindical, en su línea, mucho periodista, mucha presentadora, mucho directivo y algún Rasputín que otro, unos haciendo valer su agenda y otros haciendo valer sus capacidades de gentleman.

De los anfitriones nunca se habla mal, que luego no te vuelven a invitar, se esforzaron en hacer un buen evento y en conseguir el silencio, para dar la bienvenida a los asistentes. Un silencio casi imposible, porque éramos muchos, que solo por unos segundos logro Pedro Jota, con esa halo de obispo hegemónico que le persigue. Así lo viví y lo cuento como 'Toledana de Toda la Vida'.