Quizás no hayamos cambiando tanto
Natalia Simón, Decana del Colegio oficial de sociología y ciencias políticas de Castilla-La Mancha
La mirada de Toledo: Quizás no hayamos cambiado tanto (21/10/2024)
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Toledo
El próximo 23 de octubre hace justo un mes de la firma del Pacto del Futuro negociado a nivel intergubernamental y que incluye un Pacto Digital Global y una Declaración sobre las Generaciones Futuras, cubriendo así una amplia gama de temas que van desde la paz y la seguridad, al desarrollo sostenible, el cambio climático, la cooperación digital, los derechos humanos, el género, la juventud o la transformación de la gobernanza global.
Además, se celebraron los Action Days y algunos Side Events. Me gustaría destacar un aprendizaje que me he traído como un regalo caído del cielo, y que no me lo ha enseñado un dirigente político sino una joven activista chilena de 17 años. Agradecía a todas aquellas personas que decimos entender a la juventud porque un día fuimos jóvenes, sin embargo, manifestaba que no podemos entenderles ya que nuestro contexto sociohistórico, económico, educativo, tecnológico o de ocio, no es el mismo en el que actualmente transitan ellos.
Atendiendo a su demanda he estado reflexionando sobre ello, y no tengo más remedio que darle la razón, pero con algún matiz. Solo me centraré en el aspecto tecnológico obviamente por cuestión de tiempo. La digitalización de la sociedad, aunque no es el único, es uno de los motivos principales por el que las relaciones sociales tal y como las conocíamos hasta hace pocos años han cambiado.
Pero fijaros, creo que hay ciertas similitudes. Cuando volvíamos del instituto, donde me pasaba 6 horas pupitre con pupitre con mi amiga Almudena, según terminábamos de comer nos llamábamos por teléfono, a veces la llamada duraba horas. Todavía puedo recordar a mi padre diciéndome que si tanto teníamos que contarnos o a mi madre diciendo que no podían pagar facturas tan elevadas.
Ahora, según salen del instituto siguen interactuando con sus amigas a través del teléfono, pero no desde el fijo de casa, que mayoritariamente sólo lo tenemos por el Internet, si no a través de sus teléfonos móviles y redes sociales, entonces, ¿dónde estaría la diferencia?
Al final, ocurriría lo mismo si comparásemos mi generación con generaciones anteriores. Se nos criticaba, por ejemplo, por estar toda la tarde pegados a la “caja tonta”, pero cuando no había televisión la gente pasaba las tardes, pegada a la radio escuchando las llamadas radionovelas. Y en esta línea podríamos seguir poniendo ejemplos.
También es cierto que, aunque pensamos que todos los jóvenes se relacionan igual mediante la tecnología esto no es totalmente cierto, existe una descomunal brecha digital si atendemos a la clase social a la que pertenecen, el país en el que viven o el nivel educativo alcanzado.
Efectivamente, los contextos sociohistóricos, económicos, educativos, tecnológicos o de ocio no son los mismos, y de ahí que las formas en las que nos relacionamos cambien, pero manteniendo ciertas similitudes.
Natalia Simón
Decana del Colegio Oficial Sociología y Ciencias Políticas