Cinco años de salud emocional y apoyo psicológico con ‘Cruz Roja Te Escucha’

Cuenca

En 2020, en plena tormenta emocional provocada por la pandemia de covid, Cruz Roja puso en marcha un servicio que, desde el primer momento, se reveló imprescindible: Cruz Roja Te Escucha. Lo que nació como una respuesta urgente a una emergencia sanitaria sin precedentes, cumple cinco años convertido en un recurso esencial de apoyo emocional y psicológico.

Cerca de 35.000 personas han sido atendidas desde entonces en toda España, gracias a la implicación de decenas de voluntarios y voluntarias que hacen posible que, al otro lado del teléfono, siempre haya alguien dispuesto a escuchar.

La línea 900 107 917, gratuita y confidencial, está activa los siete días de la semana. Detrás de cada llamada hay una historia, una necesidad emocional, y también una voz preparada para sostenerla.

De respuesta urgente a necesidad permanente

“El balance que hacemos desde Cruz Roja sobre el servicio es muy positivo”, asegura Alhena Pérez, responsable nacional de Cruz Roja Te Escucha. “El servicio nació en un momento de gran necesidad emocional, en plena pandemia, y desde entonces hemos acompañado a miles de personas en momentos difíciles”.

A lo largo de este lustro, la salud emocional ha pasado de ser una preocupación latente a ocupar un lugar central en la conversación social. “Quizá ya lo sabíamos, pero no le dábamos esa visibilidad. Si algo bueno tuvo la pandemia fue precisamente visibilizar la salud mental”, afirma Pérez. Y es que el impacto de sentirse escuchado, sin juicios, en un espacio seguro, puede marcar una diferencia vital para muchas personas.

Ampliar

Cerrar

Ansiedad, soledad y duelo

Con el paso del tiempo, el perfil de quienes recurren a este servicio ha ido cambiando. En los primeros meses del confinamiento, las llamadas provenían en su mayoría de personas mayores que se sentían aisladas. Hoy, la realidad es más diversa. “Las demandas más frecuentes están relacionadas con la ansiedad, el estrés, la soledad no deseada y los problemas familiares”, explica Pérez.

Especialmente significativo es el aumento de personas jóvenes que buscan apoyo. “Muchas de ellas llaman por presión social, ansiedad… Esto refleja que las nuevas generaciones están más abiertas a hablar de salud mental y a pedir ayuda, lo cual es muy positivo”.

El corazón del servicio: el voluntariado

Nada de esto sería posible sin el compromiso del voluntariado. “El voluntariado es el corazón o el músculo de este servicio”, afirma Alhena Pérez. Las personas voluntarias reciben una formación específica en habilidades de comunicación y primeros auxilios psicológicos, y su labor se centra en ofrecer soporte emocional, orientar y, cuando es necesario, derivar a servicios más especializados dentro del propio programa, como la atención psicológica o la psicoeducación.

Una de esas voces al otro lado del teléfono es la de Liliana, psicóloga profesional y voluntaria en el call center de Albacete, que atiende las llamadas de Castilla-La Mancha. “Para mí, este servicio es muy importante, no solo para ayudar a los demás, sino también porque tiene un gran valor personal”, cuenta emocionada.

Liliana llegó al programa gracias a un técnico de salud de Cruz Roja que conocía su formación como psicóloga en Colombia. “Acepté la propuesta y comencé a ser voluntaria en Te Escucha. De alguna manera, es algo que yo ya hacía en Colombia con mis estudios y mi experiencia”, relata.

Ampliar

Cerrar

Escuchar para acompañar

Las llamadas que atiende Liliana son muy variadas. “Hay personas que solo quieren ser escuchadas porque se sienten solas. Otras que ya están en tratamiento psicológico o psiquiátrico, pero que necesitan desahogarse en un momento puntual. También hay quienes llaman porque tienen una cita lejana y necesitan soltar emociones, o resolver dudas muy concretas”, explica. La clave, insiste, es estar presentes sin juzgar: “Estamos allí para escuchar, empatizar, evitar estigmas”.

El valor de su trabajo va más allá del acto de atender una llamada. “Mi carrera aquí no está homologada, pero esto para mí es una pasión. Me genera gratificación, satisfacción, refuerza mi propósito de vida. Me motiva ayudar a los demás, ofrecer herramientas ante una situación difícil. Me está transformando como persona”.

Cuidar a quien cuida

Un aspecto menos visible pero igualmente crucial es el cuidado del propio equipo, tanto técnico como voluntario. “Trabajamos en un entorno que promueve el autocuidado y el apoyo mutuo. Realizamos sesiones de supervisión y seguimiento mensuales donde compartimos dificultades y nos apoyamos entre todos”, subraya Alhena Pérez.

“Fomentamos hábitos saludables y la importancia de reconocer nuestros propios límites. Para sostener emocionalmente a otros, primero debemos estar bien nosotros mismos”.