"Seguiremos trabajando por Albacete y Castilla-La Mancha como tierra de oportunidades de presente y futuro"

Este sábado, nuestra Región celebra su Día en Albacete y en su Palacio de Congresos. Durante el acto tendré el inmenso honor de que me nombren Hipo Predilecto de Castilla La Mancha, con la providencia añadida de recibirlo en casa, jugando en nuestro campo, y con la madre que me parió para verlo.

Uno de esos días que te regala la vida, pero para lo que has tenido que dejar parte de tu vida para trabajar en pro de la región y por Albacete, su cultura, y en especial por recuperar el Teatro Circo y difundirlo a nivel nacional e internacional.

Echo la vista atrás y me reconozco en ese niño que con su bicicleta iba en busca de turistas perdidos para enseñarles, o, mejor dicho, para descubrirles Albacete. Retrocedo en el tiempo y me veo identificado con aquel joven que hace 30 años constituyó una asociación desde la sociedad civil para recuperar el Teatro Circo. Tiro para atrás y me veo en aquellos años 70 y 80 donde luchamos por nuestra identidad manchega y no murciana. Recuerdo aquella carpeta de mis años del BUP y COU en el Instituto Tomás Navarro Tomás con las pegatinas de la bandera de Castilla-La Mancha. El lado izquierdo de rojo carmesí (por el color de las tierras de la región) con el castillo de tres torres de oro que representa al antiguo Reino de Castilla. El lado derecho en blanco, en conmemoración de las Órdenes Militares de Calatrava, Santiago y San Juan.

Tiempos aquellos de La Transición de actos a favor de la preautonomía con celebraciones en el recinto ferial de Albacete con canciones de Manuel Luna y su cuadrilla, entonando todos aquel “A La Mancha, manchega”, ese “Que arriba, abajo” o el “romance del Pernales”.

Una época de constitución del ente preautonómico en la alcarreña Sigüenza con el profesor Antonio Fernández Galiano de primer presidente, al que luego tendría de decano de la Facultad de Derecho del CEU.

Uno es castellano y manchego por los cuatro costados paternos y maternos. Desde las castellanas Valladolid y Zamora, pasando por las manchegas Albacete y pueblos como Valdeganga y Munera, con sangre conquense de la histórica localidad de Santa María del Campo Rus, donde nació mi abuelo materno, Manuel Perona y donde fue a morir Jorge Manrique, el de las Coplas por la muerte de su padre.

Seguiremos trabajando por Albacete y Castilla-La Mancha como tierra de oportunidades de presente y futuro. Y, sobre todo, por generar en nuestros jóvenes un sentimiento de querencia y de amor por la región y por nuestro país. Querer a Castilla La Mancha es amar a España.

Como se canta en la romanza del sembrador de la zarzuela “La rosa del azafrán”, cuya música debería ser, por cierto, el himno de la Región, seguiremos trabajando como hicimos en el ayer, para que la espiga del mañana de Castilla La Mancha sea nuestra mejor recompensa.

Quería compartir con la Decana y sus oyentes, el reconocimiento que se me concede.

Suerte, salud y Feliz Dia de la Región.