La hipoteca que condiciona el futuro

León

La Cultural planificará la temporada que concluirá con la celebración de su centenario con una pesada losa a su espalda. El club está hipotecado por los numerosos contratos de futbolistas con los que no quiere contar y que tratará de resolver por las buenas...o por las malas. Se lo advirtió Felipe Llamazares a la plantilla a la conclusión del reciente partido celebrado en Barreiro. En una escena de máxima tensión vivida en el vestuario visitante y con el 4-0 al descanso aún presente, el director general cargó contra los jugadores abriéndoles la puerta de salida. Dicha escenificación no es más que la consecuencia de algo que llevan asumiendo los dirigentes a la largo de una temporada en la que buena parte del grupo no estuvo a la altura, con comportamientos extradeportivos que inciden en el negro futuro de alguno de los futbolistas.

La tradicional reforma de cada verano en la casa blanca afectará. en primer lugar, a parte de la estructura. Mientras Aspire espera con poca fé la aparición de un comprador que atienda sus elevadas pretensiones (cerca de 5 millones de euros) y siempre con Felipe Llamazares como responsable de la gestión directa, los platos rotos los pagará Ricar Pozo. El cordobés ya ha asumido (él también era partidario de apartarse a un lado) que habrá relevo en la dirección deportiva después de tres años en el club. La preocupante línea descendente del proyecto pedía a gritos un cambio. Es la principal tarea de la cúpula a la que se dará respuesta en pocas fechas. No pudo ser el leonés Andrés Fernández, arrebatado a última hora por el Alcorcón, pero el casting está a punto de llegar a su fin.

El lavado de cara continuará con el también habitual cambio de entrenador. Al mandato de Curro Torres le quedan dos semanas, aunque, al igual que Pozo, el técnico catalán hace tiempo que perdió el crédito, por los resultados, la falta de reacción, la repetición de errores y por el trabajo en el día a día que se considera insuficiente. El sucesor de Curro será el quinto entrenador que fiche la Cultural en menos de dos años.

Sin embargo, la tarea más ardua a la que se enfrentarán gerente y director deportivo es la de dar salida a buena parte de los quince contratos en vigor, quince futbolistas con buena parte de los cuales no se cuenta. Firmaron hasta 2023, Dani Sotres, Edu Frías, Empis, Castañeda, Fran Cruz, Amelibia, Gaztañaga, Cerrajería, Buenacasa, Ketu, Nahuel y Vitoria, y renovaron sus contratos durante el curso Niko Obolskii y Aarón Piñán. A ellos se añade Dorian Junior, delantero ecuatoguineano que juega cedido en el Langreo y que firmó por el equipo leonés hasta 2025. Una hipoteca en toda regla porque apenas Amelibia, Castañeda, Aarón y Obolskii se salvan de la quema a ojos del hincha, que suspira por la continuidad de Angong (renovación próxima), Sierra y Solís, pero los dos últimos sopesan el cambio de aires. Regresarán a sus clubes de origen Escobar y Álvaro Juan (AD Alcorcón), y Jony Álamo (Elche CF) y terminan contrato Benito, Mangana y Pepo Campanera.

La situación obligará a tirar de ingeniera financiera (en enero el club salió airoso de la rescisión del esloveno Klinar, una de las fichas más altas) para que el gasto en bajas no colapse la planificación de la plantilla que defenderá el escudo de la Cultural en la temporada del centenario en la que tendrán mayor peso los jugadores de la casa, todos con, al menos, dos años más de contrato: Rodri Suárez, Percan, Marcos González, Javi Fernández, Junior o el juvenil David López.