Aranda despide sus fiestas más esperadas

Aranda de Duero

El tradicional Baile de la Rueda y posterior traca, sucedidos del entierro de la sardina, pusieron el broche final a las fiestas patronales de Aranda. Unas fiestas que marcaron la vuelta a la normalidad tras la pandemia, y que tuvieron color y alegría en las calles, fundamentalmente, gracias a las peñas.

Y sus bajadas, siendo la más multitudinaria la de este sábado, contaron con su habitual alegría y jolgorio aunque muchos echaron en falta los toros previos. Volvieron los conciertos estelares (esta vez de pie), que tuvieron más asistencia y éxito en sus dos primeros días con Edurne y Pimpinela, y regresaron tras casi tres años de ausencia las verbenas, que salvo la noche del martes llenaron por completo la Plaza Mayor.

Repitieron con éxito también los conciertos vermut y el festival de magia, que llenó las calles del centro con decenas de espectáculos, aunque quizá con el amargor del escapista que a muchos les supo a poco.

Volvió la tradición, las lágrimas de ilusión de la reina y damas, las dulzainas y los bailes. Los gigantes y cabezudos persiguieron hasta el final a los más pequeños, que también disfrutaron de la feria y sus atracciones (aunque este lunes se cierra con el Día del Niño), y no faltó en definitiva esas actividades que se añoraban con tanto fervor.

Ahora, tiempo de análisis (la concejala entrante hace unos meses en el área de festejos este lunes lo ofrecerá en la SER desde las 13 horas) y reflexión para valorar qué propuestas pueden añadirse o modificarse para el próximo año en el programa, entre que todos los arandinos guardamos con pena nuestro pañuelo de hierbas. Aunque eso sí, con la cuenta atrás activada para que dentro de 355 días el cañonazo vuelva a romper el cielo arandino, anunciando unas nuevas fiestas en honor a nuestra querida Virgen de las Viñas.