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El 25N arranca en Ponferrada un grito de la ciudadanía contra la violencia machista: "Somos fuertes, pelearemos de la mano"

La Plataforma Berciana contra las Violencias Machistas pide para la violencia de género el mismo sentimiento de repulsa de los ciudadanos que el que despierta cualquier guerra

Ponferrada

La unidad ciudadana es la base de la lucha contra todas las formas de violencia contra las mujeres y ese sentimiento de colectividad es el que debe despertar esta lacra social que recuerda cada 25N el goteo constante de casos de agresiones que van mucho más allá de la lista de feminicidios.

Los mensajes de una lucha unida han vuelto a resonar en la plaza del ayuntamiento de Ponferrada y en a las puertas del mercado de Abastos en uno más de los "Sábados Sin Sol" que organizan desde la Plataforma Berciana contra las Violencias Machistas. Sin embargo, el movimiento feminista sigue dividido. Feministas Bercianas convocaron su propia concentración a las puertas del consistorio ponferradino, que volvió a teñirse de violeta.

El manifiesto de este sábado al que le dieron lectura desde Mujeres por la Igualdad, recordó los preocupantes datos de un año en el que hay ya 1.300 denuncias por violencia de género, más de 82.000 llamadas al 016 y más de 20.000 órdenes de protección. Por eso quieren dejar en el aire varias preguntas sobre cuál sería la reacción de la sociedad si dijéramos que 1.237 profesores han sido asesinados a manos de las madres y los padres de sus alumnos, 52 en este año, "habría una revolución social, judicial, política y educativa”. En cambio, lamentaron, “si las víctimas son mujeres a manos de sus parejas varones no pasa nada o casi nada". "Se acabó, esto es una guerra y tenemos que ganarla entre todos", concluyó.

MANIFIESTO:

SE ACABÓ, este año ya significa para nosotros y nosotras algo distinto.

Pero a pesar del re-significado que le hemos dado, a pesar de los goles, las medallas, los trofeos, el deporte femenino sigue siendo menospreciado, y las deportistas son juzgadas por su indumentaria y por su aspecto físico.

Los estereotipos son ideas impuestas y asumidas que nos caracterizan. Actitudes y aptitudes aprendidas e interiorizadas que vemos como normales o normalizadas y que marcan todas las etapas de nuestra vida, unos estereotipos machistas que dan una visión de género con rasgos negativos hacia las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes:

¿En qué momento correr como una chica, lanzar como una chica o pelear como una chica, empieza a ser algo malo? ¿Cuál es el punto de inflexión donde esas frases adquieren una connotación negativa?, ¿Cuándo las empezamos a usar para humillar o burlarnos?

INVISIBILIDAD DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO HACIA LAS MUJERES MAYORES

Las mujeres mayores experimentan la discriminación de género en mayor medida que las mujeres jóvenes, y la discriminación por edad en mayor medida que los hombres mayores. Esta doble discriminación está en la base de la invisibilidad de la violencia de género contra las mujeres mayores. Los medios de comunicación generalmente asocian la violencia de género con mujeres jóvenes o de mediana edad, y no con mujeres de más de 65 años. Incluso las campañas de sensibilización y los recursos especializados están muy poco enfocados hacia las víctimas de mayor edad. A menudo, el entorno social y familiar, e incluso los y las profesionales de la atención sanitaria y social relacionan lesiones y comportamientos que asociarían fácilmente a la violencia de género en mujeres más jóvenes, con el proceso de envejecimiento, cuando se trata de mujeres mayores. Sin embargo, esos síntomas en realidad son causados por el abuso, la negligencia y otras manifestaciones de la violencia perpetradas por la pareja.

“A menudo se confunde la violencia de género a mujeres mayores con con estrés del cuidador, justificando, así, al agresor. Cuando esto ocurre se cae en el error de considerar a las mujeres como ancianas dependientes o de salud frágil, aún cuando sean autónomas y gocen de buena salud. Con ello se invisibiliza una violencia basada en el control y el poder y que responde a los patrones de la violencia machista.”

VIOLENCIA DE GÉNERO E INMIGRACIÓN

Las agresiones a las mujeres no respetan fronteras, ni culturas, ni religiones, ni nacionalidades. La violencia de género, está directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres en las diferentes sociedades, que perpetúan la desvalorización de lo femenino y la subordinación a lo masculino. Las Mujeres Inmigrantes son habitualmente las ciudadanas de segunda en la sociedad, las que sufren la infravaloración de sus trabajos, de sus derechos, las más invisibles en todos los espacios sociales.

La violencia contra las mujeres y las niñas es la violación de derechos humanos más generalizada internacionalmente. No existe un perfil concreto de mujer inmigrante maltratada. Este maltrato afecta por igual a mujeres de diferentes clases sociales. Pero hay una serie de circunstancias alrededor de la mujer inmigrante que suponen un factor de riesgo:

El idioma, la falta de una red de apoyo o de información, las barreras de acceso al empleo, o el miedo a denunciar por una situación administrativa irregular son algunos de los factores que vulnerabilizan a las mujeres

La violencia machista afecta también a las mujeres por su raza. Muchas mujeres racializadas que están en España, no tienen una situación administrativa regular, por lo que las estadísticas de feminicidios no tienen en cuenta a las mujeres migrantes

VIOLENCIA SEXUAL, ACOSO SEXUAL Y ACOSO POR RAZÓN DE SEXO EN EL TRABAJO

El acoso sexual y por razón de sexo en el trabajo es una forma de violencia hacia las mujeres por el mero hecho de serlo y es la expresión más evidente del terror y del ataque contra la dignidad y la libertad que se ejerce sobre nosotras en el ámbito laboral. Pese a que la normativa, como la Ley Orgánica 3/2007 de Igualdad, prohíbe el acoso sexual y acoso por razón de sexo, y recoge determinadas obligaciones de las empresas en dicha materia con el fin de prevenir y actuar frente estas situaciones, el fenómeno del acoso sexual y del acoso por razón de género constituyen un tipo de violencia todavía muy invisibilizada. Sabemos que las víctimas tienen grandes dificultades para expresar y comunicar la situación de acoso que están sufriendo, y aún más para denunciarlo. Temen exponerse a represalias y acabar perdiendo el empleo, de forma que sufren el acoso pero en muchísimos casos no lo denuncian. Por eso debemos seguir insistiendo en la importancia de la denuncia, en la implantación de protocolos y medidas en las empresas que protejan y acompañen a las víctimas. Debemos promover de verdad y con eficacia espacios de igualdad y libres de violencia.

DISCRIMINACIÓN CONTRA LAS PERSONAS LGTBI (OMS)

El hecho de no respetar los derechos humanos de las personas LGBTI y de no protegerlas de abusos, como la violencia y las leyes y prácticas discriminatorias, supone una grave violación de las normas internacionales en materia de derechos humanos y tiene un impacto significativo sobre la sociedad, la exclusión social y económica, la presión sobre las familias y comunidades, y también un impacto negativo sobre el crecimiento económico, el trabajo decente y el progreso para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de cara al futuro. Bajo el derecho internacional, los Estados tienen la principal obligación de proteger a las personas ante situaciones de discriminación y violencia. Por ello, los gobiernos, los parlamentos, los poderes judiciales y las instituciones nacionales de derechos humanos deben tomar medidas urgentes al respecto. Los líderes políticos, religiosos y comunitarios, las organizaciones de trabajadores, el sector privado, los profesionales de la salud, las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación también tienen un papel importante que desempeñar en este sentido. Los derechos humanos son universales - no pueden invocarse prácticas y creencias culturales, religiosas, morales ni actitudes sociales para justificar violaciones de derechos humanos contra ningún colectivo, incluyendo las personas LGBTI.

 
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