Dos abulenses recorren el Camino de Santiago para concienciar sobre el suicidio

Ávila

No fue el típico y español, "a que no hay ..." pero casi. "Fue una conversación de amigos mientras veíamos un partido de fútbol con unas cervezas en la mano. Javier tenía muchas ganas de hacer el Camino de Santiago. Siempre que quiere hacer algo me anima o me pincha. Pensaba hacerlo en un principio en bici y al final lo hemos transformado en una caminata entre dos amiguetes pero con el reto solidario detrás" dice Miguel Leralta uno de los dos abulenses que se han embarcado en recorrer los 750 kilómetros que separan Roncesvalles del Pórtico de la Gloria en Santiago de Compostela. El otro es Javier González Jara, que es ciego y estará acompañado de su perro guía, Sudán. Lo han llamado Hablemos en el Camino.

Y es que la parte solidaria viene por parte de Hablemos, la Asociación de Prevención del Suicidio y Apoyo a Supervivientes de Ávila a la que irá destinado todo el dinero que recauden. Pero además, su objetivo es visibilizar también la importancia de la salud mental, la necesidad de concienciar a la población sobre la gravedad del problema que supone los suicidios, concienciando sobre su prevención.

"Desde el principio dijimos que esto lo hacíamos si era por algo solidario. Entre todas las asociaciones destacó Hablemos porque era una asociación nueva, que no conocía mucha gente y por el motivo que es" dice Miguel. "Hay que quitar la palabra tabú y hablar. Desde que empezamos al principio del verano estamos consiguiendo que se hable del suicidio y de la gente que apoya a aquellas personas que lo pueden pasar mal" añade Javier.

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De momento han conseguido diez patrocinadores y 35 colaboradores. Además, los interesados pueden inscribirse en el reto por el que entregan una camiseta similar a la que los dos peregrinos lleven en su recorrido o se pueden hacer aportaciones voluntarias a través del kilómetro cero. Todo lo que se recaude se entregará a Hablemos ya que "todos los gastos nuestros y de los voluntarios, los pagamos nosotros" dice Miguel. "Es necesario conseguir ese plan nacional de prevención del suicidio, por eso también la visibilidad de las camisetas" comenta Javier.

Un reto que en lo personal también supondrá un esfuerzo para un tercer implicado. Se llama Sudán y es el perro guía de Javier. No realizará la totalidad del recorrido. Los acompañará durante unos 20 kilómetros de cada etapa. "Luego será Miguel el que me tenga que aguantar, ya que a Sudán no le preguntamos su opinión cuando decidimos hacerlo" dice con una sonrisa Javier. La media de cada etapa es de unos 50 kilómetros para completar los 750 del recorrido total.

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Javier ha estado preparándose durante todo el verano para estar en forma y poder hacer frente al esfuerzo físico que supondrá comenzar cada etapa sobre las seis de la mañana para andar durante unas nueve o diez horas. "De principio de verano a ahora he perdido unos cuantos kilos. He tenido muy buenos entrenadores como María Pueyo y Ángel Rivas, que me han ayudado desinteresadamente para hacer este reto" comenta Javier.

Los dos están contentos con la repercusión que está teniendo esta iniciativa, que cuenta con una tercera persona, Sonia Rodríguez, que aunque no realizará todas las etapas, se ha implicado también en sacarlo adelante. Los primeros pasos los darán el lunes 9 de septiembre desde Roncesvalles. La previsión es llegar a Santiago de Compostela el 24.