Las malas decisiones zancadillean al Tubos Aranda

Aranda de Duero

El Tubos Aranda Villa de Aranda todavía no ha llegado a su techo y cuando juega en casa sabe que cualquier rival puede sucumbir a la competitividad y raza del cuadro de Javi Márquez. Pero ante Nava este domingo en el derbi regional quizá el peor enemigo de los amarillos fueron ellos mismos. Algunas malas entregas o malas decisiones en ataque, y una defensa que tampoco estuvo en su momento álgido, hicieron daño a los ribereños, que a mayores se vieron muy agraviados por un arbitraje excesivamente riguroso. Pese a todo, una vez más, hubo opciones de sumar. Por eso quizá dolió tanto el castigo final.

Inicio eléctrico con toma y daca para mostrar una igualdad (2-2) que se rompió levemente con varias pérdidas en zonas de ataque que desequilibraron la balanza (2-5). Tocaba remontar tras el inicio y acercarse. Lo hicieron los ribereños (5-6), que aunque volvieron a verse atrás en el marcador (con alguna acción rigurosa ya desde el principio), se metieron de nuevo al partido tras el tiempo muerto de Márquez (10-11). Con el gol de Berbel empate instantes después (12-12), maquillado con el siete metros posterior de Nava y la exclusión que complicaba los próximos minutos. Porque un penalti local con su posterior remate del propio Álex era adivinado por Luis de Vega, y porque cuando acto seguido los ribereños jugaron con superioridad, no estuvieron finos. Quizás en las acciones más sencillas, los malentendidos hacían perder bolas de ataque. Pese a todo, Tubos Aranda se fueron a uno al descanso. 17-19.

Mal inicio, árbitros protagonistas

La segunda parte traía mal regalo. El equipo falló nuevamente en ataque, y en defensa sumó una exclusión que poco favor le hizo. Pese a las paradas de Vyunyk pasaban los minutos y el equipo no era capaz de anotar. 17-22. Se ponía demasiado cuesta arriba el partido. Pero el gen competitivo del Villa de Aranda no se había ido. A remo el equipo recortó para ponerse a dos, renta que mantuvo pese a algunas decisiones muy discutidas. Hacía falta sumar errores rivales y aciertos propios. Se dieron las circunstancias para, pese a todo, igualar el choque. 29-29. Nuevamente los minutos finales dictaban sentencia. Y aquí sí que la enésima mala decisión del colegiado hacía mucho daño. Cuando a pesar de los errores propios llegas con vida al final, un empujón de tal magnitud te saca del partido. Y el 31-34 fue el culmen una tarde aciaga para Aranda… y para los colegiados.

No tardando toca levantarse. Guadalajara espera, y los puntos también. Queda mucha liga y mucho que decir.