Relato y vida de Josefina Martín Berdugo, todo un icono en Aranda de Duero
Desde un lugar único nos atiende alguien que refleja a una familia implicada con la sociedad y entre la que sobresale el nombre de Diego Arias de Miranda
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Aranda de Duero
La historia se cita con quien atesora, guarda y custodia recuerdos. Detalles. Historias personales de quienes constituyen capítulos importantes de nuestro territorio. Josefina Martín Berdugo reúne la herencia memorística de personajes que fueron ilustres. Esta ocasión el recorrido por la memoria se para en ella, y se da cita en su casa, en la casa de Diego Arias de Miranda. Concretamente en la biblioteca. "Aquí he vivido todo. Disfruto paseándola. La casa me encanta, pero lo que me encanta más es su espíritu, su luz y sus ruidos. Me da emoción. Estoy agradecida a quienes me lo han dejado. Me esfuerzo por conservarlo. Porque lo que toco, quiero que luzca. Hay que dar vida a lo que se toca", expresa, antes de reflejar y recordar una infancia vivida en las calles de la ciudad, lo que ha sido para ella "una ventaja".
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El vínculo con Diego Arias de Miranda viene porque era el tío de su abuelo. "Nosotros desde pequeños hemos vivido aquí con Josefina Arias de Miranda que casi era como mi segunda madre. Mi tía, hija de don diego, me ha transmitido todo esto, que es una riqueza", explica. En su día, por momentos, parte de su familia además tuvo que emigrar por circunstancias, lo que unió más a todos los integrantes de ese árbol genealógico "Mi madre fue un apoyo y un pañuelo de lágrimas, y creo que eso ha ayudado a que todo esto llegue hasta mí", añade.
El vínculo con Aranda
Don Diego Arias de Miranda en todos sus cargos siempre puso interés por tener presente a Aranda, consiguiendo mejoras. "El canal, las carreteras de Aranda y los pueblos, escuelas, el ferrocarril... Todo lo que estaba en su mano. Tenían una situación económica buena, pero él siempre era muy austero. También sus hijos porque la casa está arropada por cosas buenas, pero aquí siempre se ha vivido bien pero austeramente, e inculcando que no eres propietaria de lo que tienes, sino que eres administradora de tus cualidades, pero siempre al servicio de los demás. Y me encantaría poderlo transmitir a mis hijos y mis nietos", comenta.
Los principios y valores son claves en esta familia, que ha ayudado a prestar mucha ayuda a lo largo de los años. "Hay que poner amor en lo que haces. Intentando hacer las cosas bien. Aceptar los fracasos. Pero con la tranquilidad de haberte esforzado. Y procurando no repetir los errores", describe, antes de hablar de Nuevo Futuro, un organismo con el que se abrió dos pisos en Burgos y otro en Aranda. "Fui al tribunal de menores; me dijeron que había una media de tres niños maltratados al día y quise meterme de cabeza. Tenemos un convenio con la Junta, tenemos la guarda. Son niños que no pueden vivir con sus familias, e intentamos darles una oportunidad. Curarles las heridas. Y que sepan que queremos compartir la vida con ellos para que salgan adelante", asevera.
El papel de la mujer en la sociedad para ella es clave. "No quiero parecerme a un hombre; somos complementarios. Las mujeres tiene condiciones para emprender y ayudar. La intuición es fundamental porque te lanza a conseguir tus sueños", refleja.
Una gran casualidad
Teniendo en cuenta que Aranda es su vida -una localidad que reconoce ha crecido y se ha actualizado-, Josita cuenta una casualidad mágica. "Decidimos plantar 87 hectáreas de viñedo en la zona de Cantaburros, porque me gustaba. Casualmente aparecieron después documentos en los que Don Diego hablaba precisamente de esa zona y de plantar las mismas hectáreas de viñedo. A veces me pregunto si soy una reencarnación suya", ríe, valorando por último la relevancia de una tierra a la que siempre estará unida, al igual que su familia.
La charla al completo con Valentín García y Ausen Frutos en el tiempo 'Viaje por la Memoria', puede reproducirse en el audio superior.