La dirección de ERC renuncia a gobernar Barcelona con el PSC

Barcelona

La dirección de ERC entierra definitivamente la opción de entrar en el gobierno de Jaume Collboni en Barcelona. Así lo han confirmado fuentes del partido de Oriol Junqueras a SER Catalunya.

La decisión está tomada: renuncian a compartir el ejecutivo municipal con el PSC y, por tanto, guardan en el cajón el principio de acuerdo negociado en la primavera de 2024.

Dos motivos pesan en la reflexión final de la cúpula republicana: el momento de mandato -quedan escasamente dos años para las próximas elecciones municipales- y la posibilidad que se pueda abrir otra crisis en el partido si se consumara el pacto con Collboni.

ERC está en medio de un congreso para renovar la dirección en Barcelona, donde ha presentado batalla una lista crítica con la dirección de Junqueras. "Ahora ya no vale la pena porque este próximo mes de junio solo quedarán dos años por las elecciones", apuntan voces conocedoras de la decisión de los republicanos.

Fuentes consultadas por esta emisora ​​aseguran que volver a abrir el melón de gobernar con Collboni tendría "un coste muy elevado". "El debate está cerrado", añaden en la sala de máquinas de ERC. Incluso el sector que era partidario de entrar en el gobierno de la capital hace unos meses argumentando que "era mejor hacer de oposición desde dentro" ahora ya no lo ve con los mismos ojos. Otras voces del partido que en ningún momento vieron clara la operación recalcan que el "desgaste" de una nueva discusión es "innecesario".

"Si ahora decidimos convocar asambleas para que los militantes decidan sobre el futuro de la ciudad, las acabaríamos celebrando en verano y ya sería demasiado tarde porque no quedarían ni dos años por las elecciones municipales", añaden fuentes republicanas conocedoras del debate interno.

En Esquerra, la discusión sobre si pactar con el PSC está vivo. De hecho, republicanos y socialistas se han entendido a tres de las cuatro diputaciones y también tienen acuerdos en el Congreso y el Parlamento, además de diferentes municipios.

En Barcelona, ​​en cambio, la dirección opta por no volver a destapar la caja de los truenos. Además, existe otro argumento de que fuentes de la cúpula republicana verbalizan con la boca pequeña y es que sería muy incómodo que la secretaria general del partido, Elisenda Alamany, ocupara la segunda tenencia de alcaldía de un gobierno encabezado por Jaume Collboni.

La decisión de la dirección llega en plena campaña para dirigir la Federación de ERC en Barcelona, ​​donde se presentan dos candidaturas: Adelante Barcelona, ​​que encabeza Eva Baró, y Dignidad Republicana, que lidera Cruz Camacho.

Precisamente, la candidatura crítica con la actual dirección republicana, Dignidad Republicana, quiere celebrar una consulta interna antes del verano sobre la entrada del partido en el gobierno de Collboni. La jornada electoral del congreso regional se celebrará el 26 de abril.

El pacto que nunca se votó

Fue en junio del año pasado cuando Esquerra y el PSC cerraron un preacuerdo en el Ayuntamiento de Barcelona. El pacto preveía que los republicanos gestionaran áreas vinculadas a la lengua, juventud, turismo, promoción económica, derechos sociales, proyección de ciudad, gente mayor y calidad urbana.

Desde ERC argumentaban que entrar en el gobierno municipal "los convertía en protagonistas de la ciudad". Por eso, optaron por someter el preacuerdo a votación de la militancia. Sin embargo, la consulta no se acabó celebrando, ya que la organización la suspendió alegando problemas de aforo en el Orfeó Martinenc.

La convocatoria no se volvió a hacer y el principio de acuerdo con el PSC de Collboni no se materializó, con ERC sumergida en la batalla interna que finalizó con el retorno de Junqueras a la presidencia del partido.

Gobierno en minoría

El hecho de que los republicanos renuncien a entrar en el ejecutivo de Barcelona obliga a Collboni a seguir gobernando en minoría hasta junio del 2027. Los socialistas siempre han dejado en manos de los republicanos la decisión final.

Este año, el gobierno municipal ha fracasado por segunda vez en el objetivo de aprobar las cuentas por vía ordinaria. En 2024, Collboni se sometió a una cuestión de confianza, que perdió, pero que permitió activar la tramitación del presupuesto.

El alcalde no puede volver a utilizar el mismo mecanismo. Por eso, los socialistas decidieron prorrogar los presupuestos a principios de este año.