Los hijos de donantes reivindican su derecho a saber de dónde vienen: "Es mi información"
Maria y Violeta, hijas de donantes, han explicado por qué quieren conocer sus orígenes, y la bióloga experta en reproducción asistida, Laura Rabinad, ha reflexionado sobre el futuro de las donaciones sin anonimato

Els fills de donants reivindiquen el seu dret de saber d'on venen: "És la meva informació"
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Barcelona
Fue solo hace un año que Violeta (41 años) descubrió que su padre no era su padre biológico. A él le habían diagnosticado un cáncer, que también habían tenido la abuela y el tío de Violeta. Ella propuso hacerse pruebas, por los antecedentes, y fue entonces cuando él le dijo: “Tranquila”, y le explicó que en el momento de tenerla no podía tener hijos y recurrieron a una donación. “Fue un shock para mí”, ha admitido Violeta. Por un lado, se quitó de encima el peso de poder padecer cáncer, pero por otro le surgieron “un montón de preocupaciones”, desde de dónde viene hasta cuáles eran sus verdaderos antecedentes médicos. Hoy, todavía lo está procesando.
María, en cambio, ha sabido “desde siempre” que era hija de donante. Su madre es madre soltera y en casa siempre lo ha explicado: “No recuerdo ningún momento de sentarnos a hablarlo, formaba parte del relato de nuestro núcleo”. Aun así, le surgían muchas preguntas porque, aunque se lo explicaban, su cerebro de cinco o seis años no acababa de entender qué quería decir. Fue en una clase de reproducción de primero de ESO cuando le explicaron que los espermatozoides venían del cuerpo de una persona y ahí fue cuando hizo la conexión: “Entendí que venía de una segunda persona y empecé a preguntarme quién era”. Ella lo tiene más que asumido, pero está enfadada con el sistema que la ha llevado hasta aquí.
Se calcula que en el año 2022, en España nacieron 16.500 bebés de óvulos y esperma donados, según la Sociedad Española de Fertilidad. Ese mismo año, un grupo de personas como María y Violeta se unían y fundaban la Asociación de hijas e hijos de donantes, para visibilizarse y reclamar cambios en el modelo de reproducción asistida para que sea más ético. Las escuchamos en el pódcast de 'La Turra', con Alba Riera, y hoy han venido a El Balcón para hacer esta reivindicación y reflexionar, junto con la bióloga experta en reproducción asistida, Laura Rabinad, sobre el futuro de las donaciones de gametos sin anonimato.
¿Qué buscan?
Cuando Violeta se enteró de su verdadero origen fue impactante. Piensa que se lo tendrían que haber dicho antes y eso le genera una sensación de “traición”. María, en cambio, está enfadada con un sistema que considera que vulnera sus derechos. Es por eso que ambas se han asociado con otros hijos concebidos por donación para buscar sus orígenes. “¿Qué buscáis?”. Esta es la pregunta que están hartas de oír.
“Yo no voy preguntando a la gente por qué quiere saber quiénes son sus hermanos”, ha lamentado María, “es mi información”. Cada persona tiene sus curiosidades y necesidades, en el caso de María, “querría saberlo todo”. Los archivos que explican sus orígenes están ahora en una clínica y considera que “no es legítimo” que una persona que no la conoce tenga más información sobre ella que ella misma: “Que me devuelvan lo que es mío y luego ya decidiré si quemo el archivo o lo abro”. Ella también ha admitido que iría a conocer a su padre biológico y lo está buscando activamente.
Violeta lo tiene más complicado porque nació antes de la ley de 1988, que permite dar datos no identificativos a los hijos de donantes, y por tanto le está costando. De hecho, a los 20 años fue donante de óvulos cuando, en teoría, los hijos e hijas de donantes de gametos no pueden donar: “Fue un error bastante garrafal”.
La reproducción asistida en España
España es uno “de los pocos países donde todavía es legal el anonimato”, ha asegurado María. Lo que sí tienen las personas nacidas y las familias es el derecho a recibir “datos no identificativos”, referentes sobre todo a historiales médicos. Lo que pasa, ha explicado María, es que depende de la clínica dan más o menos información: “Hay algunas que dicen el año de nacimiento o la nacionalidad, pero otras no respetan la ley, hablan de inundaciones e incendios”. Además, tampoco todas registran a los donantes en el registro estatal: “No es obligatorio, solo lo hace un 70%”. Lo cual puede conllevar problemas como el que se ha descubierto en los Países Bajos.
En este sentido, la bióloga y psicóloga experta en reproducción asistida, Laura Rabinad, ha considerado que se debería crear una agencia estatal “que controle y regule de una manera más estricta” el tema de la donación de gametos. Sobre la abolición del anonimato, Rabinad ha considerado que el miedo a que se acaben las donaciones es una justificación de la industria para estar en contra, pero que realmente “en todos los países de Europa sigue habiendo reproducción asistida, sin problema”. Lo que sí cambia, eso sí, es el perfil de los donantes.
Además, Rabinad ha señalado que el hecho de que estos ya no sean anónimos, “no implica ningún derecho ni responsabilidad respecto a la persona concebida por donación”. Simplemente, la clínica facilita la información a los hijos —como el nombre o el teléfono— a partir de cierta edad, normalmente entre los 16 y 18 años, y “luego la persona puede no contestar el teléfono”.
Lo que reclaman hijos e hijas de donantes, han resumido, es “conciencia” y que la reproducción asistida sea “ética, responsable y consciente”. El primer paso es una recogida de firmas para poder ir a hablar al Congreso de los Diputados, con el objetivo de poder cambiar la ley y que todo el que lo desee pueda saber de dónde viene.

Laura Polo Dalfó
Redactora, productora, reportera i el que faci falta a El Balcó de SER Catalunya. Graduada en Periodisme...