Chocolate, ¿un regalo de los dioses o una trampa del diablo?
Para algunas culturas, el chocolate deriva de un alimento ofrecido por los mismos dioses como regalo, pero otras lo consideran una peligrosa tentación
Chocolate, ¿un regalo de los dioses o una trampa del diablo?
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Comunidad de Madrid
El chocolate es algo que gusta a muchos. Puede tomarse de diferentes formas y ofrece unos sabores tan variados como deliciosos en función de si se toma solo, con leche o se mezcla con cualquier otro elemento culinario. Sin embargo, no todas las culturas lo ven igual, ya que, mientras para unas, la planta de la que deriva es un regalo ofrecido por los mismos dioses, para otras, es una tentación creada por el mismísimo diablo.
Para hablar del chocolate, es necesario hablar primero del cacao, ya que deriva de esta planta. Y es esta una de las grandes protagonistas de la cultura y las leyendas mayas y aztecas. Una de ellas cuenta que, cuando el dios Quetzalcóatl bajó a la tierra para ofrecer la agricultura, las ciencias y las artes a los hombres, se casó con una bella princesa de Tula; para celebrarlo, creó un paraíso donde el algodón nacía de diferentes colores, el agua brotaba cristalina y había todo tipo de piedras preciosas, plantas y árboles, entre los que destacaba el cacahuaquahitl o árbol del cacao. Sin embargo, este era el alimento de los dioses, que quisieron vengarse de Quetzalcóatl por haberlo entregado a los hombres, por lo que asesinaron a su esposa. Desolado, el dios lloró sobre la tierra ensangrentada y allí brotó un árbol con el mejor cacao del mundo, cuyo fruto era amargo como el sufrimiento, fuerte como la virtud y rojo como la sangre derramada por la princesa.
Si hay un pueblo al que deberle el uso de esta planta, son los olmecas, aunque no se sabe si consiguieron domesticar la planta, ni si consumían sus granos o si, solamente, empleaban la pulpa fermentada para preparar bebidas alcohólicas como se hacía en el Amazonas, donde no se consumían las semillas.
Por otro lado, en Europa, el cacao y, más adelante, el chocolate, pese ha haber sido muy popular entre las clases pudientes, no siempre ha sido visto como una bebida inofensiva. A decir verdad, fue toda una fuente de conflicto a ojos de la Iglesia, ya que acabó acusando a esta bebida de ser la culpable de los tambaleos de la moral de algunos de sus miembros.
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