La primera trans valenciana

València

De la historia de Margarida Borrás tenemos muy pocos datos. Lo poco que sabemos es a través del Cronista Melcior Miralles, que fue el Capellán del rey Alfonso el Magnánimo y subsacristán de la sede de Valencia. A este capellà se le considera el autor de la Crònica i dietari del capellà d'Alfons el Magnànim.

Sabemos de ella que era hija de un notario de Mallorca; que era hombre y que se llamaba Miquel; que iba vestido como una mujer; y que estuvo en muchas casas en Valencia… y por lo visto de las más ricas de una Valencia. Un hombre que se sentía mujer en la Valencia de mediados del siglo XV.

Atraída por una ciudad cosmopolita

Tenemos que tener en cuenta que en la segunda mitad del siglo XV València era la ciudad más poblada de la Península Ibérica, con cerca de 75.000 habitantes. Quizás este carácter cosmopolita de la ciudad, con gente venida de todas partes de Europa, hizo que Margalida Borràs viniera a vivir a València huyendo de Mallorca y buscando una sociedad más abierta y tolerante.

Una ciudad que estaba sumergida en un Siglo de Oro, con poetas como Ausiàs March, que había fallecido en 1459, un año antes de la ejecución de Margarida; Sor Isabel de Villena, autora del Vita Christi o Joanot Martorell y su Tirant lo Blanch.

Un caso atípico

El caso de Margarida Borràs es el primer caso de transexualidad que tenemos documentado en Valencia y lo conocemos precisamente por el testimonio escrito de Melchor Miralles, que lo recogió en su diario. La obra original se conserva en el Archivo del Real Colegio Seminario del Corpus Christi.

Es un caso que resultaría llamativo en su época, ya que tenemos más noticias sobre persecuciones y condenas de muerte a homosexuales (sodomitas) de toda condición y clase social. El suyo debió ser un caso atípico puesto que Melcior Miralles se ocupa de darnos su nombre, su origen (probablemente Mallorca), y otros detalles como su costumbre de vestirse de mujer, etc. Seguramente no se trató de un caso de sodomía más, como los que había a mediados del siglo XV.

A la horca

Margarida fue condenada a la horca, seguramente por la Cort de Governació o por la Justicia Criminal de la ciudad de Valencia. Sabemos que la metieron en la cárcel y la torturaron, no sabemos exactamente cómo, pero sí que sabemos que la humillaron públicamente durante su ajusticiamiento, pues la ahorcaron vestida con camisa de hombre “bien corta y sin paños” (sin ropa interior), para que todo el mundo pudiera ver claramente sus vergüenzas… tenía la constitución física de un hombre y no de una mujer.

Sería juzgada por sodomita, seguramente con el agravante de que fuera por las casas ricas de la ciudad muy bien vestida, como mujer.

El texto de Miralles:

“Com pengaren a na Margalida. Hera hom. En l’any de 1460, dilluns a 28 de juliol, en lo Mercat de Valencia pengaren a na Margalida, la qual hera home e dien-li Miquel Boràs, fill de hun notari de Malorqua, lo qual hanava vestit com a dona, e estagué en moltes cases en València en àbit e vestedures de dona. La qual cosa fonch sabuda, e fonch presa e turmentada, e per causa de la dita Margalida o Miquel foren presos alguns e turmentats; emperò, la dita Margarida fonch pengada, e vestiren-li camisa de home, e ben curta, e sens panyos, en manera que hamostrava bé totes ses vergonyes”.

Las huellas de Margarida Borràs en València

Actualmente encontramos distintas referencias a Margarida Borràs en la ciudad. El primero es el premio que otorga el colectivo LAMBDA desde el año 1995 y que lleva el nombre Margarida Borràs desde el año 2002. Un premio que reconoce la trayectoria pública de personas o entidades comprometidas con la defensa de la diversidad sexual, de género y familia y que se suele entregar en el mes de junio, coincidiendo con el día 28, Día Internacional del Orgullo LGBTI, aunque en 2021 se entregó en el mes de diciembre.

El segundo testimonio lo tenemos en la placa que podemos ver en la plaça del Mercat, en la fachada del edificio de la Concejalía de Comercio y Abastecimiento, que colocó el Ayuntamiento de Valencia el 17 de mayo de 2017.

Y el tercero, a través de una intervención de Arte Urbano realizado por el artista Marcos Chelo, que firma como Akimbo, por encargo del festival urbano Intramurs y que se encuentra en la medianera de un edificio situado en la calle Murillo, muy próximo a la esquina con la calle Moro Zeit.