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La editorial de los lunes: La energía del público

El deporte, como tantas veces en el pasado, se ha convertido en una válvula de escape ante una realidad insoportable

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Seguramente, la mayoría de los oyentes de SER Deportivos Marina Baixa serían incapaces, si se lo pido a traición, de situar Chechenia en el mapa. Yo, se lo confieso, he tenido que echar mano del Google Maps para encontrar esa región rusa que, aunque no tiene costa, se ubica a menos de cien kilómetros del Mar Caspio.

El caso es que allí gobierna un tal Ramzan Kadírov, un tipo que este fin de semana se ha sumado a la ya larga lista de amenazas inminentes para la humanidad al pedirle al no menos peligroso Vladímir Putin que pase de las amenazas a la acción en lo que al armamento nuclear en Ucrania se refiere.

Y todo ello, mientras el mar Báltico se llena de burbujas de gas por el sabotaje al Nord Stream y Europa, la parte más acomodada de este continente lleno de contrastes, comienza a tiritar pensando en la que se les puede venir encima a los países del centro y del norte si al tirano ruso se le ocurre cerrar por completo el grifo del gas y el petróleo que calienta las casas y mantiene en funcionamiento la industria.

Aquí, qué les voy a contar. Estamos a principio de mes y ya todos estamos mirándonos la cartera haciendo cuentas de cómo estirar el sueldo recién cobrado para que a final del mismo no nos sobre demasiado mes.

Por suerte, al menos en comparación con nuestros vecinos europeos, aquí no pasaremos un frío helador en invierno. El sol, por ahora, sigue calentando y los inviernos a la orilla del Mediterráneo son más suaves que junto al Mar del Norte.

Y mientras tanto, para calentarnos, aunque sea el alma y para olvidarnos, siquiera por un ratito de los Kadírov y Putin que, como dice Karina en ese vídeo que ya se ha hecho viral y que, por cándido, es hasta tierno, están a un pulso de un botón de mandarnos todos a tomar por saco, tenemos el entretenimiento del deporte.

Casi todos los equipos de la Marina Baixa han comenzado ya sus competiciones. Al fútbol y al balonmano, los más madrugadores, se han ido uniendo en las últimas semanas el rugby o el baloncesto y lo hará el próximo sábado el voleibol. Y todo ello, si nos referimos sólo a los primeros equipos, porque darse un paseo por los polideportivos de la comarca sirve para ver cómo los más pequeños llenan cada finde las canchas y los campos con sus partidos.

Yo no sé si este invierno será tan duro como todos los expertos en economía predicen. No sé si Putin nos helará de frío o si, optando por la vía rápida, él y su amigo checheno nos darán boleto por la vía rápida.

Pero lo que sí sé es que el deporte, como tantas veces en el pasado, nos sirve a todos como válvula de escape. Porque la energía que se genera entre el público y sus equipos es gratuita e infinita. Brutal cuando las cosas van bien y más apagada cuando vienen mal dadas, pero siempre está ahí, llevando en volandas a los suyos pase lo que pase.

Vienen ahora las semanas y los meses más activos del año en lo que al deporte se refiere. Cada fin de semana tendremos la oportunidad de apagar un rato la tele, arrinconar un poco los titulares apocalípticos de la prensa y bajar el volumen del informativo de la radio para ocupar nuestro hueco en la grada, decirle a ese Pepito Grillo que cada uno llevamos sobre el hombro que cierre el pico y dedicarnos, en cuerpo y alma, a animar a los nuestros.

Porque esa energía, que es gratuita y depende sólo de nosotros, es la gasolina que mueve a todos esos equipos que representan a la Marina Baixa por los campos de la Comunitat, de España y de Europa.

En 1982 Polansky y el Ardor grabaron una canción que se convertiría en un himno del rock-punk de la Movida y que tenía por título ‘¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS?’

La canción sonaba en todas las discotecas y el personal daba saltos y gritaba el estribillo con los ojos muy abiertos y asustados ante tal previsión mientras interrogaba a los de al lado con la dichosa pregunta. El tema era, al fin y al cabo, una llamada más o menos naif al carpe diem.

Hoy en día la URSS ya no existe, pero tenemos a su heredero directo amenazando con ello y, ¿saben qué? Si a Putin o a su amigo checheno les da por lanzar un ataque, preventivo o del tipo que sea, me iría a disfrutar un rato con la familia y los amigos viendo deporte.

 
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