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Los responsables y el culpable de este sindiós

El Valencia se mete de lleno en la pelea por evitar el descenso ante la inacción de Peter Lim y la falta de soluciones de la sociedad Gattuso-Corona

Peter Lim sigue manteniendo al VCF en coma. / cadenaser.com

Valencia

A falta de dos partidos para la conclusión de la primera vuelta (el próximo domingo en Valladolid y el día 2 de febrero en el Bernabéu -partido aplazado por la disputa de la Supercopa de España-), el Valencia tan solo ha sumado 20 puntos de 51 posibles. Ocupa zona Meriton, pero esta vez de riesgo. Está a tan solo tres puntos de la zona de descenso a Segunda. Gattuso lleva 7 puntos menos que Celades en esta misma jornada. Y 5 menos que Bordalás. En Liga, el equipo del italiano solo ha sido capaz de ganar cinco partidos, cuatro de ellos en Mestalla: Girona, Getafe, Celta y Betis. A domicilio, solo logró imponerse en Pamplona el 7 de octubre. Ya ha llovido.

El Valencia ha sido incapaz de superar en Mestalla a Elche, Mallorca, Cádiz y Almería. Esos 12 puntos son obligatorios para cualquier club que piense en clasificarse para competiciones europeas. De esos 12 puntos en Mestalla, el conjunto que dirige Gattuso tan solo ha conseguido dos. Dos de doce contra cuatro de los candidatos a luchar por la permanencia cuando llegue la primavera. Un equipo que es incapaz de ganarle a Elche, Mallorca, Cádiz o Almería solo puede tener como objetivo salvarse del descenso. Todo lo demás es vender humo.

Es evidente que Gattuso tiene responsabilidad en lo que está ocurriendo. Dentro y fuera del césped. La propuesta ofensiva es vistosa. Con balón, el equipo tiene fases de juego en las que propone con mucha gente arriba, combina bien y es vertical. Mestalla agradece esa alegría tras la plomiza segunda vuelta 21/22. Pero el Valencia no controla los partidos. No gestiona las ventajas. No domina los pequeños detalles en las áreas. No puede con los nervios y el miedo a no ganar. El conjunto que dirige Gattuso ha estado por delante en el marcador en 11 de los 17 partidos de Liga disputados. Pero, por errores individuales, fragilidad y vértigo, se ha dejado en el camino 14 puntos en seis encuentros que tenía muy a favor. Ante Espanyol (jornada 7), Elche (jornada 9), Sevilla (jornada 10), Mallorca (jornada 11), Villarreal (jornada 15) y Almería (jornada 17), han volado victorias que tendrían al Valencia hoy en zona europea.

Todos esos puntos se han escapado en las segundas partes. Tras cambios tácticos del rival. A Gattuso le cuesta introducir modificaciones. Rara vez reacciona antes que el banquillo del oponente. Es verdad que no tiene una segunda unidad profunda, que le faltan futbolistas de nivel como revulsivos. Pero también es verdad que el Valencia no maneja -ni parece tener trabajada- una alternativa de juego más conservadora cuando se pone por delante en el marcador. Si uno se detiene a pensarlo, es surrealista. El club fichó un entrenador que hizo del trabajo defensivo, del repliegue y la agresividad una forma de vida en su etapa como jugador. Y ahora que es entrenador, su Valencia representa la antítesis de todo aquello. Resulta negligente no tener preparada, por ejemplo, una variante para ponerse en 1-4-5-1 cuando el equipo tiene ventaja. Y cambiar la salida desde área propia tocando en corto con un fútbol más directo buscando las segundas jugadas con Cavani o Hugo Duro. No se ha visto nada de eso desde las primeras derrotas en octubre. Y Gattuso ha tenido tiempo de ensayarlo durante el mes y medio de parón por el Mundial de Qatar. No hay excusas.

Gattuso también tiene su parte de responsabilidad por lo que sucede fuera del terreno de juego. Por la ausencia de refuerzos. Fue él quien dijo que tenía una gran plantilla. Que la juventud no era un problema. Y ha sido él quien se ha empecinado de forma recurrente en negar que hiciera falta un pivote defensivo hasta la lesión de Nico -que no es un pivote defensivo-. Incluso el domingo, en la previa del partido contra el Almería, seguía diciendo que el Valencia no lo necesita. Que no era ese el perfil que andaban buscando. Además de no querer ver lo que todos estábamos viendo, sorprende su docilidad con el máximo accionista. Del Gattuso que se largó de la Fiorentina a los 23 días por discrepancias con la política de fichajes solo queda el apellido. Nada más. En eso, por mucho que le duela, ha sido y está siendo un gatito.

Tiene responsabilidades, claro. Pero no es el gran culpable de este circo. No es casualidad que, otra vez en enero, Meriton ya haya quemado otro entrenador. Hemos perdido la cuenta de los técnicos que ha destrozado esa trituradora que es la forma de entender la SAD que tiene Peter Lim. A Gattuso le ha ocurrido como a su antecesor en el cargo. Con una única diferencia: como el italiano se siente -de momento- de la familia, no ha salido a quemar la falla como hizo Bordalás el 13 de enero de 2022: el día que la Cadena SER desveló en primicia que el entrenador saliente se había apartado del proceso de los fichajes porque se cansó de las mentiras de Anil Murthy. Todo lo demás es idéntico: dinámica negativa, falta de refuerzos, plantilla con carencias evidentes, escasa o nula inversión en nuevos jugadores, estructura deportiva deficiente, entrenador sobreexpuesto… Un déja vú de manual.

Si la imagen de Gattuso se ha desgastado (además de por haber ganado solo cinco partidos de Liga), es porque nadie más sale a explicar lo que está pasando. Al margen de una entrevista concedida al diario Marca el pasado 19 de diciembre, Miguel Corona no ha comparecido públicamente en sala de prensa desde el 20 de octubre. Después de aquella aparición que le sirvió como presentación tras casi tres años en el club, no ha vuelto a concedernos la posibilidad de hacerle preguntas. ¿Por qué el Valencia no ha fichado todavía a 24 de enero? ¿Si hay un margen económico próximo a los 8 millones, cuál es la razón para no reforzar la primera plantilla? ¿Tiene sentido mantener la propuesta ofensiva de juego viendo los pocos puntos que proporciona? ¿Sigue pensando que la situación es cómoda? ¿Sigue pensando que la plantilla no necesita un aporte de experiencia? ¿Sigue pensando que la necesidad un pivote defensivo es solo una reivindicación de los que vivimos en el pasado? ¿Por qué continúa en el club Jesús Vázquez si el deseo del entrenador era que se marchara? ¿Por qué dos ofertas tan bajas a Lato si el entrenador quería su continuidad a toda costa? Como pueden comprobar, tenemos preguntas para hacerle.

Corona tampoco es el gran culpable del drama. El gran culpable es el que, por inacción, consiente este sindiós. Si a Lim le preocupara el desierto deportivo en el que se ha convertido la SAD de la que es máximo accionista, hubiera puesto un director deportivo fuerte y de su confianza que hoy pudiera exigirle responsabilidades a Gattuso. Si a Lim le preocupara que el Valencia vuelva a estar otra temporada más en zona Meriton y acercándose peligrosamente al abismo, hubiera ordenado, repito ORDENADO, que el 1 de enero estuvieran en Valencia dos fichajes con el margen de FPF disponible. Si a Lim le preocupara DE VERDAD lo que está pasando aquí, hubiera nombrado un presidente de verdad la misma noche en la que el charlot de Murthy mandó callar a Mestalla. Pero lo mantuvo en el cargo años y años y no se lo limpió hasta que escuchó los audios en los que se metía directamente con él. A Lim hace años que ya no le preocupa esto. Ni siente ni padece como sentimos y padecemos los que hemos mamado esto. Ni siente ni padece como mi hijo pequeño, que esta mañana me ha preguntado cómo quedó el Valencia antes incluso de darme los buenos días.

Ayer tampoco ganamos, papi…”. No, hijo. Ayer tampoco ganamos.

Fran Guaita

Fran Guaita

Jefe de Deportes en Radio Valencia y director de SER Deportivos Valencia

 
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