Un homenaje a los y las veterinarias que han ayudado en la DANA
Vamos a conocer el papel de un veterinario
Mercedes Sánchez. Veterinaria
12:25
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Villena
Hoy os vamos a hablar del papel del veterinario en la sociedad y quiero que sea un homenaje a todos los que actualmente están en Valencia dejándose la piel por ayudar a cada animal y cada tutor afectado.
Y esto es lo que nos cuenta Mercedes Sánchez. Nuestra veterinaria en casa.
Nosotras, los veterinarias ( somos el doble de mujeres que de hombres en esta profesión) desempeñamos un papel esencial directo en el cuidado y la mejora de la salud y el bienestar de los animales (como ya os he ido explicando en estos primeros programas) y en el cuidado de toda la sociedad. Acordaos de las zoonosis, que ya sabéis qué son
Y es que, no sólo somos médicas que curan animales, pequeños animales, animales exóticos, grandes animales como vacas, ovejas, caballos…. Animales de granja o explotación, si no que formamos parte de un entramado mucho más grande, y mucho está relacionado con la sanidad pública.
Muchas veterinarias se dedican a la investigación científica, ya sea en universidades, centros de investigación, o compañías farmacéuticas.
También nos dedicamos a la mejora genética (en el ámbito de las explotaciones ganaderas) o la tecnología de los alimentos, que es la ciencia que se encarga de estudiar y garantizar la calidad microbiológica, física y química de los alimentos.
A qué más nos dedicamos?
A lo mejor no lo sabéis, pero la persona inspectora de sanidad que va recorriendo tiendas de alimentación, bares y restaurantes o fábricas de alimentos es veterinaria.
El trabajo de un inspector de sanidad es fundamental para mantener el bienestar de la sociedad. A través de la vigilancia, educación y control, asegura que los productos y servicios que usamos todos los días cumplan con los estándares adecuados para proteger nuestra salud.
Os pongo algún ejemplo. Los inspectores de sanidad inspeccionan establecimientos como:
Restaurantes, bares, cafeterías, y comedores y se encargan de asegurarse de que se cumplan las normas de higiene y salubridad. Esto incluye el manejo adecuado de alimentos, condiciones de almacenamiento, manipulación de productos, y la limpieza de las instalaciones.
Acuden a Mercados y tiendas de alimentos para comprobar que los alimentos estén almacenados a las temperaturas adecuadas, que no haya productos caducados, y que se sigan los protocolos de higiene en la venta de productos alimenticios.
También van a industrias alimentarias donde Inspeccionan fábricas y procesadoras de alimentos para asegurarse de que se cumplan las normas de seguridad alimentaria y se eviten contaminaciones.
TAMBIÉN se encargan en estos entornos que he mencionado del Control de vectores y plagas: como roedores, insectos u otros vectores que puedan ser portadores de enfermedades.
Los inspectores además toman muestras de alimentos, agua, y otros productos para comprobar que cumplen con los estándares de calidad y seguridad exigidos por las autoridades sanitarias.
Y, al final de toda esta infección, Si detecta irregularidades, puede emitir informes, advertencias o sanciones y en casos graves, recomendar el cierre temporal o definitivo de un establecimiento.
Las veterinarias también formamos parte de Comités de seguridad alimentaria: comités que desarrollan y supervisan las políticas de seguridad alimentaria. Participan en la elaboración de normativas relacionadas con la sanidad alimentaria, como el control de residuos de antibióticos y hormonas en la carne, la prevención de enfermedades transmitidas por alimentos (como Salmonella o E. coli), y la seguridad en la manipulación de productos de origen animal.
También de los Comités de respuesta ante emergencias sanitarias: Los veterinarios forman parte de los equipos encargados de actuar ante brotes de enfermedades como la rabia, la peste porcina africana o la gripe aviar. Ayudan en la identificación de los focos de contagio, la implementación de medidas de control, y la prevención de la propagación de enfermedades entre animales y de estos a los seres humanos.
Un veterinario famoso
Juan José Badiola, veterinario e investigador, os tiene que sonar su nombre porque en la tele lo hemos oído hablar miles de veces, como entrevistado o como tertuliano en muchas mesas de debate. Y todo esto desde las vacas locas, os acordáis de cuando pasó todo aquello allá por el año 2000 de la enfermedad espongiforme bovina… hasta con el coronavirus y la pandemia, ya que en la actualidad es uno de los referentes en materia de sanidad animal, seguridad alimentaria y salud pública en España. Y es veterinario!
Y después de todo esto que os he explicado, os quiero hablar un poco de mi sector, la medicina veterinaria de pequeños animales.
Nuestra profesión es totalmente vocacional, no hay persona que piense en hacerse veterinaria ni para ganar dinero, ni para ganar prestigio.
Ya que la mitad de los veterinarios creen que no están bien valorados ni se tiene una buena imagen de ellos, por lo menos no como en otros países. Y tiene que ver mucho con la vocación, con que queremos mucho a los animales y eso a veces hace que las personas te exijan mucho más de lo que puedes dar o de lo que están dispuestos a pagar, como si fuésemos una ONG.
Nosotras, las veterinarias, nos llevamos todos los casos pendientes a casa, siempre está el pensamiento que te viene mientras cenas con la familia de ese perro que no está evolucionando bien o el de ese gato que te preguntas qué se te está pasando por alto antes de dormirte. Parte de nuestro tiempo libre, lo pasamos estudiando y formándonos para dar a nuestros pacientes el mejor servicio que podamos.
Pasamos de una consulta en la que desgraciadamente hay que practicarle la eutanasia a un animal porque su enfermedad no es compatible con una buena calidad de vida, a otra donde nos espera la primera visita de un cachorro, donde todo es alegría e ilusión. Esa carga mental que tenemos, ese runrun continuo de los casos que no van como desearíamos o que los tutores no nos dejan hacer todas las pruebas que su animal necesita, esos casos que no se cierran porque no se llegan a diagnosticar o no se pueden permitir el tratamiento, nuestras propias exigencias a veces patológicas de querer que todos los animales que vemos mejoren, el estrés que nos genera… nos va mermando la salud mental.
Y os lo cuento porque la profesión veterinaria es una de las que tiene mayor tasa de depresión y suicidio.
Y os lo cuento también porque mis compañeros valencianos están haciendo un trabajazo en las zonas afectadas por la DANA que necesita ser reconocido. Hay que tener en cuenta que en todos los pueblos había una o varias clínicas que se han visto afectadas y no pueden dar ningún servicio, y Se han organizado de una manera super eficiente ellos solos, están mañana, tarde y noche en puntos de atención concretos en cada pueblo, cada uno con su coordinador, con decenas de veterinarios dispuestos a acudir a cada domicilio que necesite atención, e incluso con retenes de noche, y evacúan, ahora con coches de la consellería, los casos urgentes a los 3 hospitales veterinarios que están colaborando.
La semana pasada, hubo un día que se evacuaron 35 animales que necesitaban atención a los hospitales. Están teniendo muchos casos de infecciones, algunas zoonóticas, con el riesgo para su salud que ello conlleva, están tomando decisiones difíciles directamente en las casas de los afectados y todo esto de manera voluntaria. Así que quería hacerles este pequeño y personal homenaje porque se lo merecen.