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El sentido del olfato en perros y gatos

Hoy vamos a hablar de un sentido fundamental en los animales: el olfato, especialmente en perros y gatos

Mercedes Sánchez. Veterinaria

Mercedes Sánchez. Veterinaria

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Villena

Hoy el programa va de narices.

Empecemos con los perros, donde el olfato es el sentido más desarrollado. Para que se den una idea, mientras que los humanos tenemos alrededor de 5 millones de receptores olfativos, los perros tienen entre 200 y 300 millones. Esto les permite detectar olores a niveles increíbles, incluso en concentraciones de una parte por trillón. ¿Qué significa esto? Pues es como si nosotros pudiésemos distinguir el olor de una gota de perfume en una piscina olímpica. Imposible, ¿verdad?

Además de estas cantidades desorbitadas de receptores, también tienen un bulbo olfatorio en el cerebro que les ocupa el 10% de este, lo tienen 40 veces más grande que nosotros.

Por eso, los perros pueden detectar enfermedades como el cáncer, la diabetes e incluso ataques epilépticos antes de que ocurran, simplemente oliendo cambios en nuestro cuerpo. También pueden rastrear personas o identificar sustancias con un nivel de precisión impresionante.

Pueden oler por partes, separar los olores, me explico: si nosotros cocinamos un guiso, olemos eso, el guiso en su totalidad. Ellos huelen la carne, los guisantes, la cebolla, las zanahorias, las patatas…

También pueden oler “el tiempo”, que no es que las horas y los minutos huelan distinto, sino que huelen los cambios en la humedad y la temperatura.

Aunque también, viéndolo así, huelen el pasado. Porque son capaces de distinguir y seguir un rastro de hace días.

¿Y qué pasa con los gatos?

Pues que no son tan máquinas como los perros, pero el olfato también es su sentido más importante, más incluso que la vista.

Los gatos tienen entre 50 y 80 millones de receptores olfativos, lo que les permite detectar olores clave para su supervivencia. De hecho, como os conté en el programa sobre el tacto, cuando un gato nace, es ciego y sordo, pero usa el olfato para encontrar a su madre y a sus hermanos. También lo usan para comunicarse: cuando un gato se frota contra nosotros o contra objetos, en realidad está dejando feromonas (que seguro que ya me las habéis oido nombrar) como una marca para sentirse seguro en su territorio.

¿Y cómo huelen esas feromonas? Con un super aparato, llamado el órgano vomeronasal o de Jacobson, situado en la boca, en el paladar, justo detrás de los incisivos.

Y ¿cómo lo activan? Poniendo una cara muy rara. ¿Alguna vez habéis visto a vuestro gato oler con la boca abierta? Abre ligeramente la boca, arruga el hocico y levanta el labio superior. Eso se llama el reflejo de Flehmen. Los caballos también lo hacen.

Y los perros también, pero de una manera más sutil, ellos son más de lamer o saborear el aire, o lamer compasivamente algo, es porque están sacando información olfativa de eso.

¿Os acordáis cuando hablamos del sentido de la vista, que había un conducto que drenaba la lágrima del ojo a la nariz? ¿Y que por eso siempre estaba húmeda la trufa? Pues ahora os rizo el rizo. Sabéis para qué está siempre húmeda la trufa?? Para que se peguen en ella las partículas de olor y así mejorar su percepción. Si ya os decía yo que todo tiene su explicación.

Hay explicación hasta para ¿Por qué los perros se huelen el trasero?

Los perros se huelen el trasero porque su olfato es su principal herramienta de comunicación. En esa zona tienen glándulas anales, que producen sustancias químicas con información única sobre cada perro. Es como su "carnet de identidad" en forma de olor.

Cuando un perro huele el trasero de otro, está obteniendo datos como:

Quién es: Cada perro tiene un olor único, como una huella digital.

Edad y estado de salud: Pueden detectar si el otro perro es joven, viejo, fuerte o débil.

Qué ha comido: Los olores revelan su dieta y hábitos alimenticios.

Si está en celo o no: En el caso de las hembras, el olor indica su estado reproductivo.

Su estado emocional: Un perro estresado o asustado puede liberar olores diferentes a los de un perro relajado.

Últimas curiosidades:

Muy importantes los juegos olfativos.

Juega con tu perro o tu gato a esconderle cosas que le gusten y que las encuentren. Claro, es que si no las encuentran, más que un juego es un fastidio.

Los perros pueden jadear y respirar con la boca abierta, pero los gatos no. Si tu gato respira con la boca abierta, o está muy muy muy estresado al borde del colapso, o está muy enfermo, en cualquier caso, no es bueno.

Olores que les gustan: está claro, el olor de la comida, y el olor de sus personas favoritas. A los gatos les vuelve locos el catnip o hierba gatera, entran en un estado de excitación muy curioso, también con el olor de la valeriana y la lavanda.

Olores que NO les gustan: los de la limpieza, los perfumes intensos (si ya hay algunos que los olemos nosotros y nos da un no se qué, imagínate al que tiene 300 millones de receptores, ahí ni Chanel numero 5 ni Varon Dandy ni Nenuco. Y también dicen que los olores cítricos no les gustan, habrá que hacer la prueba.

 

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