El Servigroup Playas de Benidorm se despide de la Superliga 2 como subcampeón

Leganés

En el deporte, como en la vida, todo se reduce a la mirada. La metafórica, esa con la que cada cual mira a su deportista o equipo favorito, y la literal, los ojos que siempre delatan incluso al mejor de los tahúres. Y los ojos, los de los jugadores del Servigroup Playas de Benidorm, contaban en la mañana de este domingo, mientras subían al autobús que les debía llevar por última vez a un partido de la categoría de plata del vóley español para, nada más y nada menos, jugarse el título de campeón, muchas cosas.

Contaban, por ejemplo, la consecución de un sueño largamente perseguido con el ascenso alcanzado la tarde anterior. Contaban, también, las secuelas de una noche algo más larga de lo habitual en la víspera de un partido. Contaban, y esto era la importancia, que tras ellos todavía se escondía la bestia competitiva, el tiburón hambriento de éxitos, victorias y títulos. Contaban, en resumen, que tras la celebración de la obtención del pasaporte a la Superliga, todavía había mucha intención de cerrar este año mágico levantando la copa de campeón de la categoría.

Frente a los de Adriano Lamb, unos viejos conocidos. El equipo local. El único que, en la temporada regular, pudo endosarle un cero a los de Benidorm. El otro conjunto que, de los 36 que comenzaron la competición el pasado mes de octubre, la abandonaba hoy camino de la máxima categoría. Igual de hambriento. Igual de ambicioso. Igual de resacoso emocional. Casi igual en todo.

Todo parecía igual que durante la fase regular, con los dos mejores equipos del grupo C (y de toda la categoría), pero todo era ya distinto. Todo salvo la rivalidad y la igualdad entre dos escuadras que iban devorando el primer set de la final en un intercambio continuo de puntos, con ventaja casi constante de los de Adriano Lamb sin grandes huecos, que no se solventó hasta la final misma de la manga, que se cerró con un 30-32 favorable Leganés que, en cualquier caso, no permitía señalarlo como claro dominador y, con ello, favorito al triunfo final.

El segundo set arrancó, en líneas generales, con la misma tónica que el anterior, con ligerísimas ventajas de uno y otro y sin que ni Servigroup Playas de Benidorm ni Leganés consiguieran romper esa igualdad absoluta.

Lo tuvo, eso sí, en su mano el equipo benidormense mediada la manga, cuando se marchó cinco puntos, pero una rápida y efectiva reacción local colocó a los leganenses de nuevo por delante (16-17) aunque esta vez la moneda cayó del lado de los de Adriano Lamb que subían el 1-1 al marcador con un parcial de 27-25.

El tercer set comenzó con la peor de las imágenes posibles. Con 2-1 en el marcador a favor del Servigroup Playas de Benidorm, un mal salto del leganense Hernández Gil terminaba con el jugador tumbado en el suelo con evidentes gestos de dolor y obligando a las asistencias del conjunto local a entrar en la cancha para, finalmente, únicamente poder ayudarle a retirarse al vestuario con algún tipo de lesión en la rodilla.

En cualquier caso, esa baja no pareció afectar al Leganés y el partido, en ese tercer set, siguió con el mismo guion que hasta entonces, algo por otra parte lógico teniendo en cuenta que, sobre la pista se encontraban los dos mejores conjuntos de esta temporada. Un set que acabó con 25-23 para Servigroup Playas de Benidorm y, con ello, el 2-1 en el contador general.

En una mañana que parecía discurrir como el famoso día de la marmota, con sets prácticamente iguales los unos a los otros, el cuarto envite del encuentro no fue, durante la mayor parte del mismo, nada distinto a los anteriores… hasta que Leganés consiguió, por vez primera en la jornada, romper el muro del Servigroup Playas de Benidorm y abrir un precioso hueco en el marcador para terminar llevando la final por el título al tie-break con un parcial de 19-25.

Todo se iba a decidir en ese set final. Toda una temporada reducida a sólo 15 puntos decisivos en los que el Servigroup Playas de Benidorm no sólo iba a tener que jugar contra el Leganés, sino también contra una afición local que, ejemplar en su comportamiento, subió decibelios cada vez que los suyos tomaban la iniciativa.

Eso, en todo caso, no amilanó a los de Adriano Lamb, que olvidaron pronto el bache que les impidió, al menos, pelear por cerrar el partido unos minutos antes y, sin ser ni mucho menos los del sábado, mantuvieron siempre igualado el marcador haciendo aparecer las dudas al cambio de pista, al que llegaron dos de renta (8-6).

Tras la reanudación, Leganés reaccionó y le dio la vuelta a la situación (8-9) provocando el tiempo muerto de Adriano Lamb, que trataba por todos los medios que su equipo pudiera, como mínimo, llegar a los tantos decisivos con opciones de ser campeón.

Pero esa reacción nunca llegó y Leganés se proclamó justo ganador (parcial de 10-15) de un partido intenso y largo que coronó a los madrileños con el título de campeón de Liga.