Santi Prieto rinde homenaje a su padre, el hostelero Antonio Prieto: “Fue mi referente, mi maestro y el alma de nuestra cocina”
El chef ontinyentí recuerda emocionado la figura de su padre, recientemente fallecido, en una edición especial de su sección "La cuina de Santi"

La Cuina de Santi, homenatge a Antonio Prieto
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Ontinyent
La Cuina de Santi, ha dejado de ser solo una sección gastronómica para convertirse en un espacio de memoria y homenaje. En una emotiva entrega de su sección, Santi Prieto ha rendido tributo a su padre, Antonio Prieto, figura esencial de la restauración en Ontinyent, fallecido recientemente.
Un referente para toda una generación
“Mi padre era mi referente”, ha confesado emocionado Santi en antena. Durante años, Antonio Prieto no solo elevó la hostelería local a nuevas cotas de excelencia, sino que también sembró los valores de esfuerzo, pasión y exigencia en su familia. Su legado sigue latiendo hoy en los fogones del restaurante que gestionan sus hijos.
Un programa especialmente difícil
Santi no ha ocultado la dificultad emocional que ha supuesto realizar este programa: “Es el día más complicado para mí. No quería emocionarme, pero hoy necesitaba hacerle este homenaje”. Ha recordado que, a pesar de sus intentos por convencer a su padre para que participara en el programa, Antonio siempre fue reservado con los medios: “Tenía la espinita de que nunca vino, pero hoy siento que nos está escuchando”.
Detrás de los fogones: disciplina, carisma y entrega
“Era intenso”, así describe Santi a su padre en la cocina. Antonio combinaba exigencia con una personalidad carismática. Siempre preocupado por el funcionamiento del restaurante, transmitía a sus hijos un amor por el oficio basado en la responsabilidad y la mejora constante. “Nos exigía estar siempre al pie del cañón”, ha relatado Santi.
Innovar sin miedo: la pasión de una nueva generación
Una frase lo resume todo: “Cuanto más trabajan, más dinero pierden”, bromeaba Antonio sobre las constantes inversiones de sus hijos. Santi recuerda también con humor cómo su padre criticó un carpaccio de manitas de cerdo con salsa ponzu... solo para terminar recomendándolo en sala y pidiendo repetir. “No hizo falta que se disculpara. Su aprobación estaba en el gesto”, ha contado con una sonrisa.
Un amor heredado por la cocina
“Mi padre era su propio juez, nunca fallaba”, ha dicho Santi al recordar cómo aprendió de él el valor del esfuerzo. Esa disciplina y entrega marcaron su camino. “Siempre picando piedra, investigando, formándome… Si quieres algo, tienes que currar”.
Un legado vivo y en evolución
Santi, junto a su hermano Ximo y su madre Carmina, quien sigue muy presente en la cocina, continúan con la saga familiar desde propuestas como La Cuina. Una cocina que respeta la raíz tradicional pero no tiene miedo a la fusión ni a la innovación. “Mi padre no se metía en el tipo de cocina. Él solo quería que el restaurante funcionara y que aprovecháramos bien el tiempo”.