Sociedad

Cae una red vinculada a la camorra italiana que operaba en el Puerto de Sevilla para tráfico de productos falsificados

La Guardia Civil ha detenido a 64 personas, la mayoría de nacionalidad italiana, a los que se les imputa un delito de asociación ilícita, blanqueo de capitales, contra la hacienda pública y contra la propiedad industrial

La organización mantenía contactos con 25 empresas de China las que, tras recibir el diseño original del objeto a falsificar; confeccionaban miles similares adhiriéndoles las marcas y logos originales. Posteriormente los objetos fabricados eran enviados a España en contenedores a través de los puertos de Sevilla, Valencia y Málaga

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La Guardia Civil, en el marco de la operación ''Leatherface'' desarrollada en varias provincias españolas, ha detenido a 64 personas (62 de nacionalidad italiana, un español y una mujer brasileña) consiguiendo así desmantelar a la organización criminal internacional vinculada a la camorra italiana. A todos ellos, se les imputan delitos de asociación ilícita, blanqueo de capitales, contra la hacienda pública y contra la propiedad industrial.

Según ha informado el Ministerio del Interior, entre los detenidos destaca el máximo responsable de la organización Giulano R., su lugarteniente en España Vittorio P. y el contable de la organización. Asimismo, en la misma operación los agentes han identificado a otras 60 personas relacionadas con los hechos investigados, por lo que en la actualidad la Autoridad Judicial tramita órdenes internacionales de detención contra éstas.

La red, dirigida desde Nápoles por varios miembros de una misma familia vinculados a la camorra, al igual que cualquier otra organización de características mafiosas, trataba de monopolizar un sector de mercado, aplicando técnicas fraudulentas.

Para llevar a cabo su actividad la organización adquiría enormes cantidades de productos falsificados en China (herramientas, maquinaria y textil), que eran enviados fundamentalmente a España e Italia, donde parte de ellos eran comercializados y el resto, enviados a Francia, Alemania, EEUU, Brasil, México, Marruecos, Sudáfrica, Finlandia, Canadá, Holanda, Polonia, Hungría, Rumanía y Portugal, a través de "sucursales" que la red poseía en dichos países.

Además, para la confección del material en China la organización mantenía contactos con 25 empresas de ese país las que, tras recibir el diseño original del objeto a falsificar; confeccionaban miles similares adhiriéndoles las marcas y logos originales. Posteriormente los objetos fabricados eran enviados a España en contenedores a través de los puertos de Sevilla, Valencia y Málaga.

 
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