La lucha contra la corrupción pone a prueba la relación de Rubalcaba y Díaz
La presidenta andaluza no ve incompatible su propuesta para la regeneración aunque no esté en los planes del PSOE. Ferraz evita la confrontación
La presidenta andaluza, Susana Díaz, pide al presidente del Gobierno que lidere un pacto "de máximos" contra la corrupción para "no frustrar a los ciudadanos". El PSOE trata de evitar el choque con la persona que más poder institucional tiene ahora mismo en un partido que ha roto el diálogo con Rajoy y que reconoce que pactar con el PP, como quiere Díaz, es "muy difícil". La presidenta de la Junta cree que su postura y la de Rubalcaba "no son incompatibles".
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"A ver con qué intenciones llega", se preguntaba un dirigente socialista cuando Susana Díaz asumió la presidencia de la Junta. Pocas semanas después, las cartas están ya encima de la mesa: ha reconocido -ante la plana mayor del PSOE- que Zapatero tiene parte de culpa en el "desafío soberanista" de Cataluña; ha defendido un pacto con el PP pese a que el PSOE ha roto la relación con ellos y ha llevado a Mariano Rajoy su petición para que lidere ese acuerdo aunque Rubalcaba quiera que Rajoy dimita. "No veo que sea incompatible mi propuesta con la posición que fije Alfredo Pérez Rubalcaba en el Congreso", dijo ante la insistencia de los periodistas y ante la incomodidad de varios miembros de la dirección.
Díaz sostiene que el pacto por la regeneración política es necesario "para no frustrar a los ciudadanos", porque "estamos en un momento histórico" y nunca antes se había visto tal desafección de los ciudadanos. Por eso lanzó la propuesta a Rajoy, al que, por lo que dijo, le pareció una idea "adecuada, conveniente e idónea". Díaz quiere que ese acuerdo sea de "máximos" porque la Ley de Transparencia le parece "insuficiente" y su idea es que el acuerdo incluya a los grupos parlamentarios. El miércoles, cuando dijo eso mismo en una rueda de prensa que compartió con Rubalcaba, el líder del PSOE recordó en público que quien dirige la oposición es él.
Díaz ha evitado la confrontación con Rubalcaba en la rueda de prensa -"no seré yo la que invada las competencias del secretario general", llegó a decir- pero es evidente que la idea que llevó a Moncloa no entra en los planes del PSOE.
Ferraz trata de evitar el choque entre la dirección y una líder que emerge, que gana visibilidad, que lanza ideas que no están en los planes de Rubalcaba y que controla la federación más fuerte del socialismo español. La dirección cree que es normal que la presidenta haga sus propuestas en el ámbito institucional, de gobierno a gobierno, pero reconocen que pactar con ellos con el PP es ahora "muy difícil". Su apuesta es una subcomisión en el Congreso que, con tiempo, estudie las propuestas contra la corrupción de todos los partidos. Otros dirigentes, más críticos con Díaz, creen que ha hecho un planteamiento que no encaja en la línea del PSOE y lo atribuyen a la necesidad de marcar "perfil propio".
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