El Ministro del Interior no condena el escrache de alcaldes del PP a Susana Díaz

Fernández Díaz reprocha al PSOE su silencio cómplice a los 133 actos de acoso a dirigentes del Partido Popular

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha reprochado hoy al PSOE el respaldo "explícito" y el silencio "cómplice" que ha mantenido ante los 133 escraches o actos de acoso que desde el mes de marzo han sufrido dirigentes del PP sin que los socialistas hayan mostrado su rechazo.

Fernández Díaz ha respondido así en el pleno del Congreso al diputado socialista Miguel Ángel Heredia, quien se ha interesado por las actuaciones de Interior en relación con el escrache que alcaldes del PP realizaron el pasado sábado en Málaga a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

Ante la insistencia del diputado de que Génova debía pedir disculpas y condenar rotundamente esa acción, el ministro le ha recordado que, "ya que es tan sensible a ese hecho", los dirigentes del PP han sufrido 133 acosos.

Ha negado además que su departamento y la Subdelegación del Gobierno en Málaga facilitaran información sobre el lugar donde se hospedaba la presidenta de la Junta y ha dicho que su presencia era "conocida y visible" porque frente al hotel donde se alojaba estaba estacionado su coche oficial y un furgón de la unidad adscrita de la Policía.

Según Fernández Díaz, la comisaría provincial de Málaga tuvo conocimiento del acto, pero la unidad adscrita de la Policía no pidió medidas adicionales más allá de la comprobación del local, que fue inspeccionado por guías caninos especializados en detección de explosivos.

Tanto la Policía Nacional como la unidad adscrita diagnosticaron que no había especiales riesgos para la seguridad, aunque más tarde la comisaría provincial recibió la comunicación de los ediles populares y envió al lugar seis patrullas.

Mientras, el diputado socialista ha arremetido contra la "estrategia radical" del PP andaluz ante su falta de liderazgo y ha recordado que la concentración acabó en "un acoso en toda regla con gritos, insultos y zarandeos".

"Nos preocupa la deriva radical de sus compañeros", ha insistido Heredia antes de subrayar que si bien todos los actos de este tipo son "repudiables", éste lo es más al estar protagonizado por cargos electos.