La lluvia y los toros de Tornay brindaron una tarde de lo más desapacible
Esaú Fernández, Jiménez Fortes y Borja Jiménez estrellaron sus ganas de triunfo ante la inclemencia del tiempo y lotes imposibles
Sevilla
Solo el empeño de la joven terna de matadores echó para adelante el segundo festejo de la Feria de Abril, en su preámbulo porque debió ser suspendido ante la insistente lluvia que caía a la hora de comienzo del mismo, y en su desarrollo porque les hizo estar muy por encima de las nulas opciones que dieron los toros de Tornay.
Se lidiaron seis toros de Hermanos Tornay, desiguales de presentación -primero, segundo y sexto de ofensivos pitones- y de escaso juego en conjunto.
Esaú Fernández, de grana y oro, ovación y silencio.
Jiménez Fortes, de azul marino y plata, silencio y ovación.
Borja Jiménez, de malva y oro, silencio y palmas de despedida tras aviso.
La plaza registró un cuarto de entrada en tarde lluviosa y de lo más desapacible.
Otra muestra del empeño de la terna es que Esaú Fernández recibió a su primero a portagayola y aprovechó el justo fuelle del animal para dejar algunos naturales estimables antes de rematar con estocada y un descabello. Su segundo, un toro imposible al que despachó de estocada desprendida.
De Jiménez Fortes destacar la firmeza ante su primero, un astado con pocas opciones al que finiquitó de media atravesada y cuatro descabellos. En el quinto, más de lo mismo, un torero entregado, jugándose los mulos a carta cabal ante un oponente que sin ser un barrabás si fue el más complicado de la tarde. Ovación para el malagueño tras una estocada atravesadilla.
También nulo fue el lote del espartinero Borja Jiménez, quien bastante hizo con jugársela en balde. A su primero lo mató de una gran estocada tras un pinchazo previo y en el sexto fueron dos los pinchazos antes de la estocada baja definitiva.