La huella de Carlos V
Casas, rutas y curiosidades de la comarca de la Vera se remontan al retiro imperial
Cuacos de Yuste
La comarca de la Vera está llena de referencias a Carlos I de España, V de Alemania, que eligió un pequeño monasterio de esta comarca del Norte de Extremadura como su retiro del mundo público.
La llegada del emperador a la comarca se recuerda con dos rutas senderistas, la de Carlos V que une la población de Tornavacas (Valle del Jerte), con Jarandilla de la Vera. Una ruta de 25 kilómetros de longitud, pero de gran dureza, se estima entre 8 y 9 horas su culminación. La otra ruta, mucho más asequible, es la del Emperador que une el castillo de los condes de Oropesa, hoy Parador Nacional de Turismo, con el Monasterio de Yuste. Unos 10 kilómetros de llano que se recorren tranquilamente en unas 3 horas.
Esos son los caminos por los que transcurrió Carlos V, y a su paso y estancia sus huellas quedaron por ejemplo en Garganta de la Olla. La población vecina de Cuacos de Yuste y de su monasterio que fue imperial retiro acogió a diversos nobles de la corte del emperador. De la misma manera algunos de los guardias también tenían en esta población su residencia. Por ello en Garganta de la Olla puede verse todavía hoy la "Casa de las Muñecas" la mancebía que se creó ante la llegada del emperador.
De color añil en su fachada y con un pequeño bajorelieve de una mujer, al igual que en la cerradura de la puerta, esta casa fue el burdel al que acudían los alabarderos que acompañaban al emperador en su retiro de Yuste.
Otra de las casas que recuerda al emperador se encuentra en Cuacos de Yuste, y hoy acoge la mancomunidad de municipios de la Vera se la conoce como la casa de Jeromín, la casa donde vivió su niñez el hijo ilegítimo del emperador que pasaría a la historia como Don Juan de Austria, vencedor de Lepanto.
Pero establecimientos, hoteles, campings y productos de la Vera recuerdan al emperador, pero también a todos los notables y personajes que lo acompañaron en su última morada.