El detective Montalbano en nuestras recomendaciones de lectura

Cuenca

Esta semana leemos el libro 'Una voz en la noche' del escritor italiano Andrea Camilleri, el último publicado en España de la serie del detective Salvo Montalbano, el entrañable comisario siciliano, llamado así en homenaje a Manuel Vázquez Montalbán, gran amigo del autor. Esta es la recomendación de nuestra colaboradora Olga Muñoz, coordinadora de las bibliotecas municipales del Ayuntamiento de Cuenca.

Montalbano protagoniza una serie que en la actualidad consta de 24 novelas y varios libros de relatos breves. En 1999 Montalbano se convirtió en una serie de TV interpretada por Luca Zingaretti. Más tarde la RAI estrenó El joven Montalbano, sobre los inicios del comisario. Todos sus libros ocupan habitualmente el primer puesto en las principales listas de éxitos italianas. En 2013 fue galardonado con el IX Premio Pepe Carvalho. Actualmente, Andrea Camilleri vive en Roma, está casado, tiene tres hijas y cuatro nietos.

El comentario de Olga Muñoz

En primer lugar hay que hablar de Montalbano, un comisario de policía de una pequeña ciudad inventada, Vigata, inspirada en la ciudad natal de su autor. Carismático, honesto, culto y con cierta tendencia a la melancolía; a veces es sensible y comprensivo, otras un gran cínico; tiene un peculiar sentido del humor pero también un fuerte carácter que le hace discutir y estallar constantemente.

El comisario es muy bueno en su trabajo, tiene una gran intuición y un profundo conocimiento del alma humana y de sus vecinos; aunque sus métodos no son siempre ortodoxos y tiene tendencia a sacar de quicio a sus superiores, Montalbano es sobre todo irreverente y escéptico y su sentido de la justicia pasa por no defender necesariamente a los poderosos. Es un policía que no es violento, no suele llevar ni pistola, y resuelve los casos a base de perseverancia y de una finísima inteligencia.

En todas las novelas de Montalbano juegan un papel fundamental los personajes de su entorno: tiene una novia, Livia, que vive en Génova y con la que se comunica principalmente por teléfono. Son fundamentales también en la trama sus compañeros de trabajo: su amigo el subcomisario Mimi Augello; el inspector Fazio, muy eficaz y detallista, y un personaje cómico, que confunde los nombres: Catarella.

También están muy presentes en los relatos de Montalbano, y conforman su personalidad, su estilo de vida, con algunas costumbres que se han convertido en iconos: vive en una casa en primera línea de playa y se mete en el mar a nadar para alejar el estrés y la melancolía; le encanta la comida y frecuenta un restaurante donde le preparan pescado, marisco y pasta.

Y el telón de fondo de todas las aventuras: Sicilia, luminosa y mediterránea pero también marcada por la especulación, la pobreza, la inmigración… Montalbano se encuentra a diario con los males crónicos de la vida italiana: la burocracia o la corrupción. Es una Sicilia algo decadente donde siempre está presente la mafia. Aunque el comisario no la enfrenta de manera directa, está en un segundo plano, pero siempre está de alguna manera condicionando la existencia de los sicilianos.

En su primera novela, Montalbano tiene 45 años y en esta última novela tiene 58. Camilleri hace envejecer a su personaje y además hace que esta circunstancia le afecte. La novela comienza cuando se despierta y al poco tiempo cae en la cuenta de que es su cumpleaños… El día empieza a torcerse.

En esta ocasión el caso que investiga comienza como robo en un supermercado (controlado por la familia Cuffaro, una de las mafias locales). Montalbano y Mimí interrogan al director y son algo duros con él, para provocarle, para que confiese porque piensan que es un robo amañado. Pero esa mima noche este hombre se suicida, poniendo a la opinión pública en contra de la policía. La trama se va complicando con un asesinato. La chica asesinada resulta ser la novia de un joven con el que Montalbano había tenido un altercado de tráfico unos días antes.

Ante tantos obstáculos, Salvo decide actuar por su cuenta y, como otras veces, buscar los cabos sueltos y poner en marcha la maquinaria de su inteligencia y su intuición. El crimen organizado, la política, secretos, avaricia… van salpicando su investigación que se complica con múltiples ramificaciones.

Camilleri utiliza la mezcla de ingredientes que tan buenos resultados le ha dado en el pasado: escribe con una gran agilidad; refleja el trasfondo social de esta Sicilia algo decadente; y va ofreciendo el contrapunto a la acción de un personaje cuyas vivencias personales resultan tan atractivas o más que el caso que investiga. En esta novela, Montalbano marcado por el paso del tiempo, es quizás más pesimista que nunca y un cierto abatimiento se cierne sobre su visión de la vida y de su complicada profesión.