
Una llamada al exterior
La Pastoral Penitenciaria de Aragón ha puesto en marcha una campaña navideña de tarjetas telefónicas para los presos con el fin de que puedan compartir unos minutos con sus familiares
Una llamada al exterior
"La cárcel engancha y es una motivación más". Lo dice Isabel Escartín, delegada de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Zaragoza, que ha participado en el primer espacio de Gente Maravillosa de este año 2017, en Hoy por Hoy Zaragoza. Con ella, coincide Montse Rescalvo, voluntaria, que comenzó con un taller de animación a la lectura y que ahora acude a la enfermería de Daroca. "No somos un grupito", apuntan, "somos 80 voluntarios" en Aragón.
Isabel reconoce que "he aprendido a comprender y a ser humilde" porque "cualquier error que pueda tener cualquier persona soy capaz de tenerlo también", es decir, "la humildad de decir 'podría ser yo'", continúa.
El hecho de que los internos tengan restringidas las comunicaciones (no pueden tener teléfono móvil) y que todo esté controlado y pautado en el régimen disciplinario marca la vida de los presos, sobre todo en Navidad. Por eso, esta semana, al igual que se hizo hace unos días en el centro penitenciario de Zuera, se van a repartir en Daroca tarjetas telefónicas para que puedan comunicarse con sus familiares. Fue una iniciativa que lanzó el obispo de Barbastro - Monzón, Ángel Pérez.
En estas fechas, "se pasa mal en la cárcel, con la incomunicación, el aislamiento, el planteamiento riguroso de todas nuestras actividades", dice Feliciano del Olmo. Está ahora cumpliendo la parte final de su condena en régimen abierto, en el centro de inserción social de Zaragoza. Es abogado. "Estoy intentando recuperarme, con mucha esperanza y espero ir evolucionando". En la prisión "hay mucha gente que merece la pena, he hecho amigos" durante los dos años que lleva preso.
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