
El ‘buen tiempo’ con el que hemos comenzado el año
La situación anticiclónica continuará durante los próximos siete días. Las predicciones de la AEMET anuncian un incremento de la nubosidad y posibilidad de precipitaciones a mediados de la semana que viene. 2016 ha sido cálido y húmedo.

mapa de isobaras con los frentes, previsto para este miércoles 4 de enero / AEMET
El último mes de diciembre ha resultado muy seco, tanto como lo fue el de 2015. Al contrario que los primeros meses en los que abundaron las precipitaciones, el último mes de 2016 ha conseguido equilibrar el cómputo global de lluvias, de tal manera que el balance, a falta de cerrar las cifras de la AEMET, será el de un año cálido y húmedo.
En lo que se refiere a la situación actual, la que nos acompaña desde hace ya semanas, con una estabilidad atmosférica que trae consigo cielos claros y ausencia de precipitaciones, continuará durante una semana más, hasta que a mediados de la semana que viene vuelvan a aparecer las nubes y lleguen las precipitaciones. Nos lo ha contado en Asturias Hoy por Hoy, José Luis Arteche, meteorólogo y delegado de la AEMET en Cantabria.
Los meteorólogos denominan la situación que estamos viviendo como de bloqueo Atlántico. El anticiclón se mantiene sobre Europa Occidental provocando estas altas presiones. Lo normal es que esto se produzca de manera habitual durante los inviernos, aunque quizá no por periodos tan largos. De hecho llevamos así desde comienzos del mes de diciembre no se espera que la tendencia cambie hasta el día 10 u 11 de este mes, cuando el anticiclón se situara sobre las Azores y posibilitará una entrada de vientos procedentes del Oeste que traerán consigo un aumento de las temperaturas, de la nubosidad y, posiblemente, las primeras precipitaciones del año.

Probabilidad de que la precipitación total, este miércoles 4 de enero, sea superior o igual a 0,5 mm. / AEMET
Algo a lo que no ayuda esta situación de altas presiones es a la dispersión de la contaminación en nuestras ciudades. Las partículas contaminantes quedan atrapadas en niveles bajos de la atmósfera, lo que eleva considerablemente las medidas de las estaciones. Así que no queda más que esperar a que empeore el tiempo para que mejore el medio ambiente.
