

El gobierno local se lía con el laicismo
Dice el gobierno local que no organizará ningún acto religioso pero sufraga el coste de la ofrenda a la Virgen. Afirma que ese tipo de actos son fiestas con arraigo. Pero ¿dónde está el límite entre la religión y la tradición?
El gobierno local quiere cobrarle el IBI a los edificios de las confesiones religiosas que no son de culto. Una medida de equidad fiscal que podemos aplaudir. Y lo quiere hacer en el marco de un Ayuntamiento que se declara laico. Sin embargo la realidad presenta ciertas incoherencias.

Dice el gobierno local que no organizará ningún acto religioso pero sufraga el coste de la ofrenda a la Virgen. Afirma que ese tipo de actos son fiestas con arraigo. Pero ¿dónde está el límite entre la religión y la tradición? ¿Qué es la bendición de animales de San Antoni? Sinceramente creo que si una institución se declara laica debe ser hasta las últimas consecuencias, no valen medias tintas.
