
Así era el día a día en la vieja Cárcel de Lugo
Estaba considerada como una prisión modelo por los avances en su época

Vista del interior, tras la reforma / Estudio CreuseCarrasco
La vieja cárcel de Lugo se ha convertido en un nuevo espacio cultural para la ciudad que alberga un auditorio, biblioteca, salas de exposición y algunos restos arqueológicos. Tras la rehabilitación de la centenaria cárcel, sufragada con fondos europeos del Plan Urban, una exposición relacionada con la historia del edificio es la primera muestra que acoge 'O Vello Cárcere', como se llama ya el nuevo centro.
La antigua prisión conserva aún algunos de los espacios originales, como las celdas semicirculares con sus puertas dotadas de un visor que permitía observar al recluso desde fuera. Era una cárcel “modelo”, pues sentaba las bases de cómo iban a ser los centros penitenciarios de aquella época, con una mayor preocupación ya por la salubridad y la seguridad.
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De hecho, sorprendía en su inauguración que tuviese agua, con lo que los presos ya no estaban obligados a tener que ir a buscarla a fuentes públicas. El día en la cárcel comenzaba con un toque de campana, y los reclusos bajaban para el aseo al patio, único lugar con agua.
De cómo era la vida en este centro penitenciario hablamos con Ricardo Mata, profesor de Derecho Penal en la Universidad de Valladolid, quien ha elaborado un pormenorizado estudio sobre la vieja cárcel de Lugo.
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