
Paisajes verdes, entre la sombra de los robles, en la Dehesa de Carrascosa
Quejigos centenarios y pinos negrales acompañan el recorrido del sendero PR CU-04 a lo largo de este paraje en el que podemos encontrar también rebanos de vacas

Dehesa de Carrascosa (Cuenca). / Fernando Carreras (ecoexperience.es)
La propuesta de excursión de esta semana nos lleva hasta la Dehesa de Carrascosa, en la Serranía Alta de Cuenca, en busca de parajes frescos y sombreados. Nos ha guiado hasta allí Fernando Carreras, nuestro guía de EcoExperience en su espacio semanal en ‘Hoy por Hoy Cuenca’.
'Nos vamos de excursión' en Hoy por Hoy Cuenca. / Paco Auñón
Llegar hasta Carrascosa de la Sierra supone ya atravesar uno de los paisajes más impresionantes de la provincia de Cuenca: la hoz de Beteta. Siempre podemos hacer una parada en la fuente de los Tilos, recorrer el paseo botánico o adentrarnos en la cueva de la Ramera, pero esta vez les proponemos avanzar un poco más, cruzar la hoz y desviarnos por la carretera que asciende entre curvas hasta este pueblo serrano.
Desde las casas de Carrascosa buscamos (o preguntamos, que es siempre un ejercicio agradable para conocer a los vecinos) el sendero PR CU-04 que vamos a recorrer en este caso en solo un tramo.

Pinos y quejigos abundan en la dehesa. / Fernando Carreras (EcoExperience.es)
“Al rato de comenzar a andar ya nos meteremos en la zona de dehesa”, explica Fernando Carreras. “Veremos como hay en el camino una zona de vallado con puerta ya que normalmente las dehesas siempre están cerradas”. De hecho, el nombre de dehesa, recuerda nuestro guía, “proviene del latín, de la palabra defesa o defensa, ya que al ser zonas donde se encontraba el ganado, suelen estar protegidas con muros y puertas”.

Los robles conservan las huellas de las podas en sus ramas. / Fernando Carreras (EcoExperience.es)
El paseo por la dehesa, bajo pinos y robles quejigos, nos aporta gran parte del recorrido bajo la sombra de estos árboles, lo que nos asegura algo más de fresco en los calorosos días de verano. “Lo más impresionante de la dehesa de Carrascosa son los inmensos robles quejigos centenarios, los cuales, debido a la transformación del hombre y del ganado, presentan curiosas formas y grandes tamaños”, cuenta Fernando.
La ruta nos lleva hasta el área recreativa de la Mimbrera donde encontramos sillas y mesas para descansar o comernos el bocadillo que traemos de casa porque en verano está prohibido hacer fuego en las barbacoas.
“Es fácil también que veamos grupos de vacas, ya que además es esta una dehesa boyal, es decir una dehesa donde encontramos bueyes que se usaban sobre todo parar tirar de los carros”, relata Fernando. “A día de hoy aún veremos algunos ganaderos con sus rebaños por el interior”.

Vacas pastando en la Dehesa de Carrascosa. / Fernando Carreras (EcoExperience.es)
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