
Dudamel, la magia, en Galicia
Gustavo Dudamel ha estado en Galicia para recordarnos esas cosas que sabemos pero que olvidamos en medio de la vorágine cotidiana. La cultura, la música nos hacen más humanos y tienen la capacidad de regenerarnos y hacernos progresar como sociedad. Estuvo con los niños del programa Abanca Resuena en A Coruña, que aprenden música todos juntos con independencia de su procedencia y condición en diversos barrios de la ciudad protagonizando un milagro cotidiano. Estuvo con músicos jóvenes en Santiago. El viernes en el Obradoiro protagonizó, en el 300 aniversario del Echeverría, entidad que integra Abanca y le dio a Banesco su sello gallego, un concierto para la historia. Desde su sencillez, su intensidad y su emoción hizo de la Novena de Beethoven lo que es: Un canto a la hermandad de los seres humanos superando el tiempo y el espacio. Él, con su infancia humilde marcada por la música gracias a un programa que sigue, el del maestro Abreu y las escuelas musicales venezolanas, que han hecho y hacen levantarse a cientos de niños cada día camino a un futuro mejor. Su presencia tiene algo de mágico, la magia de las personas que pueden elevarse manteniendo los pies en la tierra. De arriba a abajo. Siempre más alto.
El concierto del Obradoiro con la Orquesta Sinfónica de Galicia y el Orfeón Donostierra quedará para la historia personal y colectiva. A la espera de ver el nuestro, hace tres meses Dudamel dirigía a la Orquesta Simón Bolívar con el Coro de Cámara del Palau de la Música catalana en el Palau, en Barcelona también con la Novena. Abróchense los cinturones señoras y señores.
- Gustavo Dudamel
- Abanca
- Ludwig van Beethoven
- NCG Banco
- A Coruña
- Música clásica
- Galicia
- Música
- Educación
