
Descansa en paz, Teresa Castells
Eva Domaika pone la lupa en el fallecimiento de la librera Teresa Castells
'No es por los libros. Si tuviérais una tienda de zapatos la atacaríamos igual' contaba Teresa Castells que le dijo uno de HB de los ataques a 'Lagun'.
Guerra Garrido definió a 'Lagun' como "la librería más bombardeada de Europa". Objetivo primero del franquismo por esconder en su trastienda libros prohibidos de Sartre, Lenin...Los legionarios de Cristo Rey les pintaban "Arriba España" o "Fuera nacionalistas". Luego, de la kale borroka, de ETA. Una noche entraron en la tienda y como en Farenheit 451 hicieron una pila con libros y los quemaron. A Teresa le contaron que bailaban mientras los libros ardían.
Castells y su marido, el recordado José Ramón Rekalde, vivieron para sufrir todo esto, pero también para recibir reconocimiento y solidaridad. A los ataques les seguían colas de clientes. Comprarles se convirtio en un acto de resistencia. Ese día de la hoguera los clientes querían libros quemados, que no se podían ni leer. Un profesor de instituto cogió el más carbonizado y lo llevó a clase, lo enmarcó y lo colgó, para enseñar lo que nunca se debe hacer.
Se fue José Ramón; ahora, Teresa. Pero quedan sus libros y, sobre todo, su ejemplo.
