“No me gustan los reportajes con guión, yo fotografío la realidad de las bodas”

El reportaje fotográfico suele ser un aspecto importante en casi todas las bodas, pero los reportajes no son siempre iguales. En los últimos años ha ganado terreno la fotografía de boda documental, un tipo de reportajes que reflejan no solo escenas forzadas o guionizadas sino otras muchas que ocurren durante estos días tan largos y especiales.

Uno de los mayores exponentes de este tipo de fotografía es Rafa Cucharero, fotógrafo alcarreño que está nominado a los Golden Lens 2017, los premios más prestigiosos del mundo en el ámbito de las bodas que concede cada año Inspiration Photographers y que se entregarán el 8 de noviembre en Brasil.

“Yo cuando hago una boda busco de todo”, explica Cucharero. “Lo más importante son los novios y, evidentemente, hacemos fotografías estéticas. Pero son siempre muchas horas y yo busco reflejar otros aspectos menos habituales como el novio cuando se ducha, el niño que se levanta la camiseta y deja ver el pañal, el perro que se mete a la iglesia o la madre que está de los nervios en esos momentos”.

Detalles diferentes que requieren de una psicología diferente por parte de los invitados y del propio fotógrafo. “Yo soy uno más y a veces hago fotos a 40 centímetros de la cara. Si quiero captar a los amigos bailando no les pido que posen, sino que me acerco a ellos bailando, me uno a ellos y cuando estoy en el ambiente saco la fotografía”.

Para conseguir un gran reportaje lanza, de media, unas 6.000 fotos por boda. “Algunas no pueden ver la luz por respeto, pero puedo decir que he visto de todo”. Además, lo ha comprobado y retratado en diferentes países. “Me encanta viajar y ya he hecho bodas en más de una decena de países. Pero yo soy igual de feliz haciendo una boda a 300 metros de mi casa que a 300 kilómetros”.