Celeste Montes: "El flamenco es algo que llevo dentro, es como mis cinco sentíos"

Mérida

Comenzó su andadura flamenca en la cuna bajo los sones flamencos de la estirpe gitana de Los Jerezanos. Antes de hablar, Celeste Montes ya estaba cantando porque ha crecido rodeada de aires flamencos en las fiestas familiares, trasmitidos por grandes músicos, desde su padre que cantaba en los corros de la Plaza Alta hasta su primo El Viejino de Badajoz, cantaor muy solicitado en las fiestas flamencas de los gitanos. Celeste está emparentada con la familia de Los Tobalos, con cantaoras que son pilares del cante extremeño como La Marelu, La Manoli o La Kaíta y el gran compositor flamenco Juan Antonio Salazar, autor de muchas letras de grandes cantaores del flamenco actual.

Hace poco comenzó en Cáceres, ciudad en la que reside, una nueva andadura como cantaora principal y amplía conocimientos sobre el cante flamenco con el guitarrista Perico de la Paula. Es una cantaora de voz dulce, bien controlada, no exenta de pellizco, con quiebros preciosos acaparados por el duende de su arte. Una voz joven llena de frescura que desprende matices nuevos, repletos de renovación y un perfecto dominio del compás en los cantes festeros.

La cantaora pacense afirma en SER Flamencos que esta música forma parte de su vida, algo que lleva dentro, "es como mis cinco sentíos". Además, Sol Gragera se adentra en el Centro de Flamenco y Danza Jesús Ortega de Badajoz y la feminista Cati Galán nos cuenta su pasión por el flamenco.

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