Los pisos compartidos ya no son para estudiantes

Alicante

A poco más de un mes para el inicio del curso académico, los nervios entre muchos universitarios aumentan porque encontrar alojamiento para septiembre es cada vez más difícil. La mayoría de residencias próximas a la Universidad de Alicante, en San Vicent del Raspeig, confirman que están completas desde el mes de julio. Es lo habitual en estas fechas, pero algunas reconocen que tienen más lista de espera que otros veranos.

Además, los pisos compartidos no paran de subir. En el último año, según un informe del portal web Idealista, los precios de las habitaciones han aumentado en Alicante un 8%, un punto por encima que en el resto del país (7%) y hay menos stock, por lo que las opciones de los estudiantes se reducen.

Esta subida de precios en Alicante ha hecho que muchos universitarios se planteen la opción de las residencias a pesar de que acostumbran a ser más caras, pero en estos momentos es difícil encontrar una habitación. “Estamos completos desde final de julio”, repiten en más de una. Esto les empuja a buscar habitación en un piso compartido. Sin embargo, no son los únicos. Ni los que más recurren a esta opción.

Fernando Encinar, cofundador y jefe de estudios de Idealista, explica que los pisos compartidos, lejos de lo que la gente cree, no son para estudiantes. “Esa idea es una leyenda urbana”, señala Encinar, porque el perfil de quien comparte piso es el de una persona que trabaja y está más cerca de los 30 que de los 20. De hecho, en Alicante esa cifra se supera porque es la provincia con la media de edad más alta de España: 34 años.

Es un dato llamativo, pero no nuevo. De hecho, según Encinar es la tónica que se mantiene desde 2006. “Lo que ha cambiado en Alicante este año es el precio y el stock”, explica, pero no el perfil: personas que trabajan y no fuman, aunque son tolerantes con fumadores, y que no admiten mascotas.

No obstante, pese a la subida de precios, alquilar una habitación en Alicante sigue siendo más barato que en el resto de España. Aquí no llega a los 250 euros de media, frente a los 330 del resto del país, y todavía está muy lejos de los más de 400 euros de Madrid o Barcelona.