El indulto de Liricoso, de Montalvo, da el triunfo a Antonio Ferrera

Salamanca

El primer festejo mayor de la feria salmantina dejó como noticia destacada el indulto de un toro de Montalvo, Liricoso, al que perdonó la vida Antonio Ferrera, que abrió la puerta grande de LA GLORIETA con tres orejas, confirmando así la buena relación de Ferrera con Montalvo: dos salidas triunfales. El indulto, naturalmente, generó polémica y de alguna manera condicionó la tarde: la plaza quedó dividida en los puristas, que siempre exigen más a los toros, y aquellos que tienen más bajo el nivel de exigencia. Entre los que dan importancia al comportamiento en el caballo y aquellos que premian la nobleza o la codicia del toro en la muleta. Da igual, porque Liricoso ya disfruta de nuevo del campo y de su condición de semental. Castella y Ginés Marín, se fueron de vacío ante cierta indiferencia de la casi media entrada que registró el coso salmantino.

Dos tardes y dos salidas a hombros, después de la de Antonio Grande en la novillada. Al novillero salmantino se le da bien la plaza de su tierra porque el año pasado también la abrió. Tres orejas. Ni David Salvador ni Diego San Román tocaron pelo. El ganado de José Cruz tuvo fachada y poca fuerza. Uno de los novillos tuvo que ser devuelto por inválido.

Esta tarde de viernes la cita es con los toros de Vellosino y una terna interesante. Morante de la Puebla, que ha estado como el Guadiana, apareciendo y desapareciendo, reaparece en La Glorieta ante sus incondicionales, que le esperan y quieren verle. Manzanares, que no remonta, pero lo intenta. Y Juan del Álamo, al que la plaza salmantina se le da bien: es un habitual de su puerta grande, por la que ha salido en cuatro ocasiones.

125 años de GLORIETA

Han llegado los toros a las fiestas salmantinas y lo hacen enmarcados en el 125º de la inauguración de La Glorieta, que tuvo lugar un 11 de septiembre de 1893, con Mazzantini y Torerito –que cortó la primera oreja—y toros de Lamamié de Clairac.

Sucedía a la plaza de toros construida junto a la actual plaza de Gabriel y Galán, que a su vez tomó el relevo de la edificada junto al Campo de San Francisco, en el solar de las Adoratrices, y liberó a la Plaza Mayor de los espectáculos taurinos.

En la efemérides, una novillada, protagonizada por novillos de José Cruz y los novilleros David Salvador, Antonio Grande y Diego San Román. Dos salmantinos y un mexicano. La plaza, inicialmente, fue fruto del esfuerzo de 213 accionistas, que se redujeron hasta que se creó un condominio, que fue cediendo la plaza a empresas organizadoras de festejos.

Más allá del aniversario, la atención del aficionado va a estar en la corrida del 16, que lidian Enrique Ponce, El Juli y Roca Rey, que es esta temporada –y algunas anteriores—la sensación del momento, aunque sea Ponce el que domina el escalafón, después de casi treinta años de alternativa.

Y en cuanto a El Juli, qué se puede decir de uno de los que más han alborotado el panorama taurino desde su llegada y que atesora seis salidas a hombros de La Glorieta, igual que Miguel Ángel Perera, que no está inicialmente anunciado en los carteles.

Por último: está será la feria de despedida de Juan José Padilla, el regreso de Morante de la Puebla y la celebración de los veinte años de profesional de nuestro Domingo López Chaves.

Y veremos si Guillermo Hermoso de Mendoza está a la altura de su padre en el festejo de rejones o si Lea Vicens, amazona de prestigio, moja la oreja a los dos en un tiempo en el que la mujer se abre paso en todos los frentes y reclama igualdad. ¿Y en los toros?

Otro punto de atención --siempre lo es--será la respuesta del público a la llamada de la feria en estos tiempos complicados y en especial del público joven. De entrada, parece que el abono joven ha funcionado bien. Pero habrá que esperar al final porque hasta el rabo todo es toro. Por ahora, la novillada registró un tercio de entrada y la primera corrida, casi media.