Fútbol
Celta de Vigo

Al borde del infarto

Iago Aspas vuelve a salvar a un Celta que desperdició una renta de dos goles

Boufal controla un balón ante dos jugadores del Huesca / JAVIER BLASCO EFE

Vigo

Ser del Celta esta temporada es vivir al borde del infarto en cada partido. Faltan ocho partidos para que finalice la temporada y el sufrimiento está garantizado en casa Celta. Lo vivido anoche en el Alcoraz es el vivo reflejo de la situación del equipo vigués, un flotador que se infla y se desinfla con demasiada facilidad, pero con un Iago Aspas que es capaz de sacar cualquier situación adelante.

Y nuevamente tuvo que acudir al rescate en Huesca. Iago Aspas puede cambiar un partido y puede, sobre todo, cambiar un equipo, porque sus compañeros son mejores con él en el campo.  Ya en el minuto 14 Brais Méndez adelantaba al equipo vigués en el Alcoraz gracias a una magistral asistencia de Iago. Y en el 56 otra vez Iago que aprovechó un balón suelto en el área para rematar cruzado y superar al meta del Huesca.

La tranquilidad entre los aficionados vigueses no se puede mantener ni con un 0-2. Escribá no blindó al equipo y el Huesca avisaba, hasta que los avisos se convirtieron en goles. En 10 minutos el equipo rival le dio la vuelta al marcador, la fe del Huesca le sirvió para remontar y dejar herido de muerte a un Celta que tuvo que recurrir de nuevo a la magia de Aspas. El de Moaña se dejó todo en el campo y en el minuto 80 asistió a Boudebouz para poner las tablas en el marcador. Y ahí pidió papas. Una contractura que le pide descanso.

El Celta suma un valioso punto en el Alcoraz en un partido de infarto, punto que se hará bueno si ganas a la Real Sociedad este domingo en Balaídos.

La mala noticia, la lesión de Brais, que se perderá  ( pendiente de las pruebas) unas tres semanas de competición.

 
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