Al borde del infarto
Iago Aspas vuelve a salvar a un Celta que desperdició una renta de dos goles
Vigo
Ser del Celta esta temporada es vivir al borde del infarto en cada partido. Faltan ocho partidos para que finalice la temporada y el sufrimiento está garantizado en casa Celta. Lo vivido anoche en el Alcoraz es el vivo reflejo de la situación del equipo vigués, un flotador que se infla y se desinfla con demasiada facilidad, pero con un Iago Aspas que es capaz de sacar cualquier situación adelante.
Y nuevamente tuvo que acudir al rescate en Huesca. Iago Aspas puede cambiar un partido y puede, sobre todo, cambiar un equipo, porque sus compañeros son mejores con él en el campo. Ya en el minuto 14 Brais Méndez adelantaba al equipo vigués en el Alcoraz gracias a una magistral asistencia de Iago. Y en el 56 otra vez Iago que aprovechó un balón suelto en el área para rematar cruzado y superar al meta del Huesca.
La tranquilidad entre los aficionados vigueses no se puede mantener ni con un 0-2. Escribá no blindó al equipo y el Huesca avisaba, hasta que los avisos se convirtieron en goles. En 10 minutos el equipo rival le dio la vuelta al marcador, la fe del Huesca le sirvió para remontar y dejar herido de muerte a un Celta que tuvo que recurrir de nuevo a la magia de Aspas. El de Moaña se dejó todo en el campo y en el minuto 80 asistió a Boudebouz para poner las tablas en el marcador. Y ahí pidió papas. Una contractura que le pide descanso.
El Celta suma un valioso punto en el Alcoraz en un partido de infarto, punto que se hará bueno si ganas a la Real Sociedad este domingo en Balaídos.
La mala noticia, la lesión de Brais, que se perderá ( pendiente de las pruebas) unas tres semanas de competición.