Se llamaba Madeleine y padecía ELA
Es otra historia más en la que se reclama el derecho a morir como se ha vivido: con dignidad
La Columna de Carlos Arcaya | Se llamaba Madeleine y padecía ELA | 08/04/2019
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Alicante
Se llamaba Madeleine, tenía 69 años, origen francés, viuda desde hacía 20 años. Vivía en el segundo piso de un apartamento sin ascensor frente a La Albufereta. Padecía ELA y se desplazaba en silla de ruedas.
El 12 de enero de 2007 decidió quitarse la vida acompaña de dos voluntarios de la asociación Derecho a Morir Dignamente. Es otra historia más en la que se reclama el derecho a morir como se ha vivido: con dignidad. Y por cierto, si van a un buscador, podrán leer el reportaje de El País. Antes de despedirse, esta mujer pedía un cambio cultural. Han pasado doce años, nada ha cambiado.
La asociación Derecho a Morir Dignamente calcula que unos 350 alicantinos piden cada año acabar con sus vidas al padecer una enfermedad grave, degenerativa o irreversible.
Nadie obliga a nadie a hacer nada. Es una simple cuestión de derechos. Lo bueno es que estamos en campaña electoral.
Y por cierto, si ven una nube regordeta frente al Mediterráneo, a lo mejor es Madeleine.
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