El Oviedo se deja sorprender por el colista

Oviedo

Sensación de final. De que si no ganabas el play-off se complicaba, y mucho. ¿El rival? El último clasificado, que solo había ganado un encuentro a domicilio en toda la temporada y que ya prácticamente tenía asumido su descenso. Así se presentaba el partido para el Oviedo donde además tenía la obligación de ganar después de los resultados que habían cosechado Cádiz, Mallorca y Málaga. Victorias de tres de los equipos que están en la fase de ascenso y luchan junto a los azules por acabar la competición regular en esos puestos de privilegio.

Esa necesidad por conseguir los tres puntos se hizo notar sobre el campo porque a los diez minutos el conjunto ovetense ya tenía dos goles de ventaja, pero cuando tenía todo a favor, el equipo experimentó un cambio de imagen incomprensible que provocó la remontada del Córdoba y el posterior enfado del Carlos Tartiere que despidió a los suyos con pitos.

El encuentro no pudo comenzar mejor para los intereses azules porque al minuto de juego ya se habían adelantado en el marcador gracias al gol de Ibrahima. Saúl Berjón puso un centro desde la banda izquierda, Álex Menéndez dudó a la hora de despejar el balón y lo dejó muerto en el área pequeña para que el delantero senegalés solo tuviese que empujarlo a placer al fondo de la red. Seis minutos después, en la segunda acción de ataque, permitió a los locales encarrilar el choque con un golazo de Berjón. El extremo recibió una dejada de Ibrahima fuera del área y, de primeras, golpeó con el interior para que el esférico terminase entrando por la escuadra de la portería defendida por Marcos. Tanto de bella factura que hacía presagiar una tarde plácida en el Carlos Tartiere.

Era un monólogo del Oviedo ante un Córdoba que apenas salía de su propio campo. Superado el cuarto de hora se produjo la tercera ocasión para los hombres de Juan Antonio Anquela tras un cabezazo de Ibra a un centro de Javi Hernández que se marchó rozando el palo. La confianza del resultado también permitía ver buenas jugadas colectivas de los azules como la que protagonizaron Ibrahima y Berjón, que terminó con el disparo fuera de este último.

Los visitantes mejoraron con la entrada de Piovaccari al campo, que sustituyó a Jaime Romero, y desde su salida al césped fue un quebradero de cabeza para la zaga carbayona. En una de ellas, el atacante se plantó solo ante Champagne, pero su remate con la izquierda desde una zona un poco escorada se fue al lateral de la red. A la tercera opción que tuvo el atacante italiano no falló. Corría el minuto 39 y Piovaccari, ante una cierta pasividad, conectó un tiro raso desde lejos que entró pegado al poste haciendo inútil la estirada del portero argentino.

Los andaluces estaban creciendo en el partido y el Tartiere se empezaba a inquietar con algún que otro sonido de viento. El susto pudo ser mayor antes de llegar al descanso si no llega a ser por Champagne, que tuvo que intervenir para detener un lanzamiento de Andrés Martín que salió centrado tras una dejada de Piovaccari.

El segundo tiempo siguió por los mismos derroteros y el Oviedo no conseguía imponer su fútbol como sí hizo durante los primeros treinta minutos del partido. El miedo a un gol del Córdoba era notable en el estadio y también sobre el terreno de juego. Ya no había fluidez, los jugadores claves no aparecían, las imprecisiones eran constantes y el nerviosismo se apoderó de los futbolistas. Un cúmulo de circunstancias que vaticinaban un final de encuentro difícil para los azules. Después de unos minutos intrascendentes, sin que sucediesen cosas importantes en ambas áreas, en el 68 Alfaro cazó un balón suelto dentro del área y puso las tablas en el marcador.

A partir de ese momento Anquela hizo más cambios en su sistema. Previamente pasó a jugar con tres centrocampistas, pero más adelante el técnico jienense utilizó tres delanteros en la búsqueda del tanto de la victoria. Muchas variantes de jugadores y posiciones en poco tiempo que descolocó al equipo sin tener un dibujo u orden claro sobre el campo. A pesar de eso, a falta de ocho minutos para el final Joselu batió a Marcos con un lanzamiento de falta magistral desde la media luna del área por encima de la barrera. Una felicidad que duró muy poco porque en el 88 Andrés Martín dejó en evidencia a los ovetenses cuando remató completamente solo, sin ninguna marca a su alrededor, y anotó el tanto definitivo tras una volea con su pierna izquierda.

Todavía hubo tiempo para una pequeña reacción local, pero el cabezazo de Toché se fue alto después de un saque de esquina botado por Saúl Berjón. Fue la última ocasión para los azules, que no pudieron llevarse la victoria después de desaprovechar dos goles de ventaja ante el colista de la categoría. Este duro varapalo únicamente se podría olvidar con un final de temporada espectacular, en el cual es muy difícil creer para cualquier oviedistas, que además despidió a los suyos con silbidos. El cuadro carbayón, que se queda en novena posición y a tres puntos del play-off, tendrá su próximo compromiso liguero contra el Almería en el estadio de los Juegos Mediterráneos (sábado, 18 horas).