Europa convierte a Sevilla en un gran contenedor cultural en la antigua fábrica de Artillería

Sevilla

Hoy se cierran las puertas de la Fábrica de Artillería de Sevilla, que nació en 1565 y en donde vivieron cientos de personas trabajando para la industria armamentística. Durante la vida de esta fábrica realizaban trabajos de municiones y bombas y donde trabajaron cientos de sevillanos. Hoy,21 de abril, la fábrica se cierra para transformarse. Los lugares dejados por la creación de bombas y material de guerra, serán ocupados por un espacio cultural cuyas obras contarán con 20 millones de euros llegados de Europa, para crear un gran contenedor cultural al sur de Europa.

De esta forma se cambia las armas por la cultura. Sin embargo hay que hacer balance de la historia, de aquellos que vivieron en esta fábrica. Es el caso de José Miguel Muñozdetoro. Con 14 años entró para trabajar en los talleres. Era el destino: toda su familia estaba trabajando en este lugar.

Aquí, con una cultura castrense, se puso su primer pantalón largo. Un uniforme azul y donde la disciplina era lo primero. Otro de los antiguos trabajadores es Diego Tafallé. Fue pinche pero también conductor y recogía por toda Sevilla los proyectiles que cientos de familias sevillanas hacían. Y es que esta fábrica daba de comer a muchos hogares, donde tenía varios tornos.

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El ambiente de la fábrica de artillería era , sobre todo familiar, ya que todo se compartía. A las 12 comenzaba la comida que duraba 20 minutos. Allí se ponía en común las viandas que hubiera.

Se vivía de puertas para fuera. Los maestros y los alumnos Vivian en la fábrica de artillería que se estaba quedando pequeña debido a la demanda de material bélico. Se hicieron habitaciones en las azoteas y en una de ellas Vivian 11 niños, los que tuvo el padre de Alfonso Guerra. Así nos lo contaba Jose Múras, que llego a ser jefe de seguridad.

Después había que trabajar desde la infancia. Los derechos de los niños no existían, era mano de obra.llevaban horas trabajando, sentado, haciendo armamento. Así lo recuerda Jose Miguel Muñozdetoro. que se ha convertido en el último de su saga familiar en abandonar la fábrica de artillería en Sevilla.

Cuenta Jose Miguel cual fue el momento más peligroso: cuando la guerra de Pakistán y la India. Los dos países compraban el armamento en esta factoría y la tensión se palpaba.