Fútbol

El Sporting de los horrores

El equipo gijonés pierde también con el Albacete y amenaza con igualar o superar la peor clasificación de sus 114 años

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Gijón

Era lo que le faltaba al Sporting esta temporada: que le metieran un gol desde campo contrario. Esta vez, al menos, no fue el portero rival, como sucedió la temporada pasada en Lugo. El tanto de Acuña desde casi 60 metros fue la dantesca guinda a una temporada horrorosa, en la que todavía se puede batir otro récord negativo: el de igualar o incluso superar la peor clasificación de los 114 años de la historia del Sporting. El suelo rojiblanco es el décimo tercer puesto de Segunda, ocupado en tres ocasiones. Esta vez lo rozará. Y eso quedará en el expediente de los que han organizado semejante disparate. El fútbol castiga sin piedra ni palo.

Lo mejor es que ya queda menos. Solo un partido para que se acabe una temporada que ha sido un insulto a la historia del Sporting. Tienen los rojiblancos la suerte de que el sorteo del calendario fijó el partido contra el Reus en la penúltima jornada. Por dos motivos: no habrá que pasar por el trago de otros 90 minutos intrascendentes y soporíferos, viendo a un equipo que no tira a puerta ni una sola vez (ni con diez ni con once) y porque esos tres puntos de regalo pueden evitar que este Sporting sea el peor de la historia a efectos clasificatorios. 

Ha conseguido, este Sporting de los horrores, echar a la gente de El Molinón. En el intrascendente partido ante el Albacete hubo más butacas vacías que ocupadas. 11.135 espectadores en la grada. Si alguien quiere ver un 'apocalipsis' va unos metros más adelante, hacia Viesques, a ver el 'Circo de los Horrores' y no al 'Club de los Horrores'. Mientras en Pamplona celebran el ascenso, en Granada lo preparan y otras siete ciudades sueñan con pelearlo, en Gijón el proyecto de Miguel Torrecilla y Javier Fernández ha sido la pesadilla esperada.

El partido fue un quiero y no puedo por parte del Sporting. Lo más aplaudido fue el inapropiado arbitraje de Vicandi Garrido, que no entendió en ningún momento el choque y parecía llevar premio por cada tarjeta sacada. El Molinón acabó aplaudiendo irónicamente su inexplicable acaloramiento sancionador, aunque debe admitirse que acertó en el penalti favorable al Albacete y en la expulsión de Peybernes. El público se distrajo con el colegiado y quizás no reflexionó lo suficiente sobre el equipo impotente que vio en el campo.

José Alberto apostó por un mediocampo diferente, con tres jugadores 'de la casa' (Cristian Salvador, Nacho Méndez y Pedro Díaz) y la intención de tener la pelota. La tuvo, pero no le valió para nada. Sin profundidad y sin ideas,  La primera parte resultó soporífera. 42 minutos se pasaron Sporting y Albacete sin tirar a puerta ni una sola vez. En realidad no había nada: ni ocasiones, ni buen fútbol, ni apenas intensidad. Se podía entender en el caso del Sporting, dada su situación y los antecedentes; menos en el caso de un Albacete que se estaba jugando algo. Pero no pasaba nada. Y como Vicandi Garrido debía de estar tan aburrido como los demás, decidió darle salsa al partido. Protagonizó un recital de tarjetas a jugadores del Sporting, algunas verdaderamente absurdas. Y harto de que el gol ni se intuyera, señaló penalti en un agarrón de Peybernes a Zozulia, expulsando al francés al mostrarle la segunda amarilla solo tres minutos después de señalar la primera al rojiblanco por un contacto con el portero rival en un intento de remate.

Eugeni marcó con un disparo ajustado al palo izquierdo que Dani Martín adivinó pero no pudo alcanzar. El Sporting se quedaba en inferioridad tanto numérica como en el marcador. Con diez ya no se le pudo pedir mucho más. El Sporting fue una caricatura y el Albacete, con un gol espectacular de Acuña, sentenció el partido. Vio adelantado a Dani Martín y desde su propio campo anotó uno de los goles del año.

El final de temporada, con mes y medio sin ganar, va a dejar secuelas anímicas y mina el crédito de José Alberto López, un entrenador cogido con pinzas ante la escasa confianza interna que rodea su figura. No puede minar más el de Miguel Torrecilla o Javier Fernández porque ya está por los suelos. Inasequibles al desaliento y asegurada su continuidad, ambos ven cómo han convertido al Sporting en 'el club de los horrores'.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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