Política

El juego de las apariencias: Los partidos coinciden en que las amenazas de moción de censura en Granada no pasarán de ahí

Cs, PP y Vox, condenados a entenderse en la ciudad, también coinciden en intensificar las presiones multibanda y apurar los tiempos al máximo

El alcalde de Granada, Luis Salvador (Ciudadanos), presidente la representación del Ayuntamiento pleno en la procesión del Corpus / Rafael Troyano

Granada

Forzar los tiempos al máximo le ha salido bien hasta ahora al alcalde de Granada, Luis Salvador (Ciudadanos) y ahora está haciendo lo mismo para la negociación del acuerdo de gobierno con el PP. Parece una obviedad y hasta lo reconocen indirectamente desde el partido naranja. En ese baile de tiempos, en el que el alcalde juega con ventaja, la negociación de una alcaldía rotatoria (Luis Salvador-Sebastián Pérez) y la entrada de Vox en el gobierno local parecen asuntos fundamentales. En este juego de apariencias en el que estamos, esa impresión pública de jugar con ventaja y de pausar cualquier negociación y decisión, parece no preocupar a Ciudadanos, que sigue estirando los plazos como quien estira un chicle para después devolverlo a la misma boca que lo masca ininterrumpidamente. Por lo menos, hasta que mantenga el sabor.

El alcalde de Granada comparecerá el lunes ante los periodistas para hacer balance de la feria del Corpus. El martes, Luis Salvador debe participar en la toma de posesión de Pilar Aranda como rectora de la Universidad de Granada y en el acto institucional de inauguración del AVE de Granada, con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. ¿Tendrá tiempo, por tanto, para dar a conocer en qué consiste el acuerdo que le permita gobernar el Ayuntamiento de Granada durante cuatro años? Él mismo aseguró el pasado Miércoles de Tarasca que uno de esos dos días sabríamos qué gobierno tendrá Granada; si en cuatro años la ciudad tendrá uno o dos alcaldes; y si Vox tendrá concejalías.

Aparentemente, Salvador no tiene nada que negociar con Vox. Sin embargo, el portavoz de este grupo Onofre Miralles recuerda (en público, sin detalles; y en privado, con todos ellos) que Salvador le prometió el viernes 14, en una comida en casa de su amigo Juan Carlos (amigo de ambos) que si le votaba a él como alcalde entraría en el gobierno local. Después, el alcalde ha desvelado en Radio Granada, el mismo lunes 16 y dos días después en rueda de prensa, que los votos de Vox solo iban a ser en el pleno para un tripartido si el candidato era él. No se ha ocultado en airear el alcalde que Onofre le había garantizado en la comida el veto al popular Sebastián Pérez.

Jugando con esa baza, en las dos reuniones de PP y Ciudadanos del viernes, Salvador evitó entrar en la organización del gobierno local y, mucho menos, en la de la alcaldía, indican a Radio Granada fuentes cercanas a las negociaciones. De nuevo exprimió el tiempo y solo planteó abiertamente que él debía ser alcalde a las 11 de la mañana del mismo sábado de investidura. 'Entre 11.20h y 11.30h se produjo el apretón de manos entre Luis y Sebas', dicen las mismas fuentes. 'Quedó claro que la alcaldía se rotaría en dos años'.

Por una conversación privada cazada al azar e involuntariamente en la escalera de subida al salón de plenos, Radio Granada fue testigo directo de que ese era el escenario. A las 11.40, varios concejales del PP hablaban por teléfono con Sebastián Pérez. Le dijeron, como esta Redacción desveló ese mismo día: 'Si eso [la rotación de 2+2] no lo firma [Salvador] nosotros no lo votamos [a Salvador]'.

Tras días de posturas encontradas en los que hasta la secretaria regional del PP ha dicho que el acuerdo (fraguado, según ha sabido Radio Granada, con un apretón de manos) es de 2+2 y Cs ha reiterado que era para cuatro años, el partido naranja ha decido pausar los tiempos de la negociación del gobierno local y meter más presión, sabiendo -reconocen indirectamente las tres partes implicadas (Vox, también)- que el amago de moción de censura de Vox y hasta de algunas fuentes populares no tiene ningún viso de salir adelante. Por lo menos, a corto y medio plazo. Aunque también se recuerda, que la posibilidad existe.

Hasta el mediodía de este sábado, Ciudadanos aún no ha convocado a los populares para negociar la conformación del gobierno. La negociación puede ser breve. El PP ha desvelado públicamente que puede formar parte de un bipartito o un tripartito pero el escollo sigue siendo la rotación en la alcaldía.

Estirando el chicle de los tiempos, Ciudadanos se remite permanentemente al acuerdo al que llegaron en Madrid el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el secretario de Organización de Cs, Fran Hervías. Ese acuerdo hablaba de la alcaldía para Salvador durante cuatro años, dicen desde el partido naranja. El PP asegura que el acuerdo nacional se enmarcaba en las líneas generales de colaboración entre ambos partidos pero que, desde el viernes, la negociación se trasladó al ámbito local. Y en ese ámbito local, 'lo que vale es el apretón de manos' inmediatamente anterior al pleno. Un apretón de manos que sellaba el 2+2.

En estas estamos. Sin acuerdo ni a dos ni a tres bandas y con juegos de presión por uno y por otro lado. Ciudadanos sabe que ni PP ni Vox van a plantear moción de censura alguna. Los dos partidos que la plantean, lo hacen -reconocen- con la boca chica, aunque también aseguran 'que la posibilidad existe'.

Por tanto, el juego es de presión. El que más aguante, gana. Y ahí entran las presiones con mensajes en las redes sociales que se presentan como amenazas. Y ahí entran los juegos de 'mira-que-te-enseño-los-WhatsApp'....

Y los enseñan. Ciudadanos enseña a quien los quiera ver los intercambiados entre Egea y Hervías para meter presión al PP nacional y local; y Macarena Olona (la diputada de Vox por Granada que ha participado en la negociación sobre la alcaldía de Granada con el PP nacional) amenaza con enseñar los que tiene con Ciudadanos prometiendo entrar en el gobierno. Sobre los primeros, el PP asegura que lo que vale, es el apretón de manos entre Salvador y Pérez. Sobre los segundos, el partido naranja hace como que oye llover.

Granada tiene alcalde pero no tiene gobierno local. Lo podría tener en breve si las partes se sientan. Pero por el momento, no lo tiene. Más que nada, porque Ciudadanos y, particularmente el alcalde, sabe que el tiempo corre a su favor (así lo cree), que nadie le va a presentar una moción de censura y que quien tiene el bastón es él. ¿Desgaste? No, pero sí presión. Pero PP y Vox también están dispuestos a ejercerla. ¿Quién ganará? Desde la izquierda lo tienen claro: habrá acuerdo de la derecha para seguir gobernando Granada los próximos cuatro años. El socialista Cuenca, por si acaso, no se mueve y sigue actuando como alcalde moral de la ciudad. Prefiere no perder el perfil y el porte de regidor municipal por si vuelve a hacerse realidad el dicho de 'todo es posible en Granada'.

Y, a todo esto: ¿Dónde está Sebastián? ¿Sigue vivo? Políticamente vivo, se sobreentiende.

 
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