Los colectivos que integran el protocolo decinden que no habrá otro encierro en caso de que no entre ningún astado en Cuéllar

Cuéllar

Apenas restan 15 días para que comiencen las fiestas de Nuestra Señora del Rosario en Cuéllar con sus tradicionales encierros y ya se están ultimando los preparativos. El vallado en las calles lleva algunos días colocado, al igual que en la zona de El Embudo. También llevan varias semanas reuniéndose los colectivos, asociaciones taurinas, de caballistas, recortadores, medios de comunicación local y grupos políticos tanto en el gobierno como en la oposición para definir el protocolo de los encierros.

En la última reunión antes de las fiestas este grupo de trabajo decidió que no se soltará otro encierro por las calles, ni desde la plaza de toros ni desde un camión en caso de que no entrará en el recorrido urbano ninguno de los astados que a las 8 de la mañana hacen su salida de los corrales del río Cega. Esta decisión se toma con el fin de respetar  la tradición, la esencia y la pureza del encierro de Cuéllar que tiene su idiosincrasia en el traslado por el campo hasta las calles con el consiguiente riesgo de que por distintas circunstancias los toros o novillos se puedan escapar.

En el debate sobre este asunto, un grupo de jóvenes recortadores y el concejal de Ciudadanos, David de las Heras apostaron por no ser tan puristas y ofrecer algo a la gente que está esperando en las calles. Por su parte, el alcalde Carlos Fraile explicó que la seguridad y los aspectos legales estarían cubiertos en el caso de realizar otro festejo por las calles, pero expreso que "la gente tiene que saber que aquí se viene a lo que se viene" haciendo referencia a las particularidades del encierro en Cuéllar. No obstante si se planteó la posibilidad de alargar la probadilla que después se celebra en la Plaza de Toros.

Por otra parte también se habló sobre el trabajo que está desarrollando Protección Civil para mejorar la señalización sanitaria en el recorrido urbano. Así mismo se puso sobre la mesa como actuar para salvaguardar la imagen del encierro y de los propios astados en el caso de que hubiera que recoger alguno de las reses en la calle porque hubiera sufrido alguna fractura en las patas, etcetera. Por último los recortadores pidieron que se hable con los pastores encargados de guiar el encierro en las calles para que el trascurso sea lo más puro posible, evitar que se incite a los astados desde las talanqueras con chaquetas y dejar espacio por detrás tirando de la manada por delante. Carlos Fraile manifestó que ya se han tenido estas conversaciones con los pastores para el buen desarrollo del encierro por las calles. Así se recordó a los caballistas la recomendación de no picar a los astados. Por último se está estudiando la posibilidad de anunciar o no con un cohete la finalización del encierro.