Viaje a la ciudad fantasma de Medina Elvira, fruto del 'pelotazo urbanístico' y la crisis del ladrillo

Granada

Medina Elvira es la viva imagen de la gran mentira, la gran estafa que para muchos acabó siendo el boom inmobiliario. Situada en el municipio de Atarfe, la urbanización fantasma está a 15 minutos de Granada en un entorno natural privilegiado. Hay más de 500 viviendas construidas hace una década. Solo 40 habitadas. La zona está hoy convertida en un cementerio de edificios desvalijados; la hierba ha crecido por debajo del asfalto y ya no hay rastro del campo de golf.

Ante una situación enquistada y judicializada desde hace años que enfrenta a propietarios, promotores y el propio Ayuntamiento, con importantes reclamaciones de cantidad de por medio, el nuevo gobierno de Atarfe está dispuesto a reconducir el proyecto.

El alcalde Pedro Martínez ha anunciado en Radio Granada que una empresa malagueña está dispuesta a reactivar el campo de golf, cuya actividad cesó hace más de cinco años.

El alcalde reconoce que Medina Elvira es, por encima de todo, una agresión medioambiental y lamenta el daño producido a los compradores, aunque también anuncia que el Ayuntamiento va a tratar de reconducir el proyecto para dar sentido a la inversión inicial. El daño está hecho, dice Pedro Martínez, pero hay que seguir adelante.

Un desierto de hormigón

Actualmente, solo 40 familias viven en Medina Elvira. Lo hacen en unas condiciones infrahumanas, rodeadas de maleza, de edificios en ruinas a los que han robado todo, desde los cables de cobre a los aparatos de aire acondicionados y los cerramientos... edificios casi en estructura. Viven estas familias con luz y agua, pero  por orden judicial.

Además, hay urbanizados miles de metros cuadrados reticulados en parcelas, y en la zona permanece un colegio internacional vivo a duras penas entre tal desierto de hormigón y aceras rotas. Atarfe quiere dar una segunda oportunidad a Medina Elvira.