Reinas olvidadas

Valencia

Las 18 primeras monarcas que rigieron el Reino de Valencia entre 1238 i 1516 han salido del ostracismo en las celebraciones del pasado Nou d’Octubre gracias a la iniciativa impulsada por la Generalitat y el historiador Vicent Baydal. Estas reinas olvidadas, siempre a la sombra de sus maridos, tuvieron papeles destacados en la génesis de nuestra historia como pueblo valenciano, pero nunca interesó a la historiografía patriarcal, como ha pasado en otros ámbitos como las artes y las ciencias.

En la calle, en la toponimia, en el ornato urbano, fiel reflejo de las sociedades que lo componen, las reinas también han pasado con más pena que gloria. En nuestro espacio público, la Reina por excelencia es la de la plaza homónima, que hace referencia a María de las Mercedes de Orleans, esposa de Alfonso XII.

Anteriormente ya se había rotulado una calle “de la Reina” en el Cabanyal dedicada a Isabel II, pero ambas, junto con María Cristina o Victoria Eugenia, son reinas modernas que sí han tenido cierto reconocimiento público a lo largo de la historia.

No así las primeras regentes del Reino de Valencia, cuya huella en el nomenclátor de la ciudad es prácticamente imperceptible:

Violant de Hungría, la Reina fundadora entre 1235 y 1251, tiene una calle dedicada en Campanar desde 1977 bajo el nombre de Reina Violant. Su marido, Jaume I, el referente monárquico más importante de nuestra historia medieval, también da nombre a una calle, y una estatua ecuestre suya preside el Parterre.

Menos suerte han tenido, sin embargo, las siguientes mujeres que reinaron en Valencia entre 1276 y 1416. Ninguna de ellas, Constanza de Sicilia, Blanca de Anjou, María de Chipre, Elisenda de Moncada, Eleonor de Castilla, María de Navarra, Eleonor de Portugal, Eleonor de Sicilia, Sibila de Fortiá, Violant de Bar, María de Luna, Margarita de Prades ni Eleonor de Alburquerque son recordadas en nuestras calles. Todo lo contrario que algunos de sus regios maridos como Pedro III el Grande, Jaume II o Martín el Humano, cuyos nombres rotulan reconocidas calles de la ciudad.

Esta descompensación entre el número de reyes y reinas en el nomenclátor callejero evidencia lo que ya sabíamos y llevamos tiempo denunciando: la gran desigualdad existente entre el número de hombres y el de mujeres. De cada diez calles dedicadas a un personaje ilustre de nuestra historia, nueve son hombres y tan solo una es mujer. Menos mal que existen algunas excepciones a las que poder aferrarnos y, aparte de Violant de Hungría, existen otras tres reinas en las calles de València que compensan este desequilibrio regio.

La primera de ellas, por orden cronológico, es María de Castilla, más conocida por su calle en Russafa, rotulada en 1940 como Reina Doña María. Reinó entre 1416 y 1458 como esposa de Alfonso el Magnánimo, que da nombre a la plaza del Parterre. María de Castilla estuvo muy vinculada a nuestra ciudad, aquí en nuestra Catedral se casó con Alfonso y aquí fue enterrada, en el Convento de la Trinidad, en 1458.

La siguiente de las reinas históricas con un rótulo callejero en nuestra ciudad es, sin lugar a dudas, la más popular y conocida de todas. Y por qué no decirlo, la que ostenta la calle más prestigiosa: Isabel de Castilla, más conocida como Isabel la Católica, tal y como reza la placa que se colocó en 1878 en esta vía del ensanche noble de Valencia. Reinó en Valencia entre 1479 y 1504 junto a su marido, Fernando el Católico, que da nombre a una de las grandes vías de la ciudad.

La última de las reinas medievales con calle en nuestra ciudad es Germana de Foix, la reina doña Germana. También tiene, bajo esta misma denominación, una calle en el segundo ensanche de la urbe desde 1940. Germana de Foix fue reina de Valencia entre 1505 y 1516 y a la muerte de su marido, Fernando el Católico, fue nombrada Virreina de Valencia.